Carlos Cedillo Peláez, experto en toxoplasmosis

Por Carmen Báez

Ciudad de México. 12 de diciembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Aunque reconoce que no fue el mejor estudiante e incluso pensó en dejar sus estudios universitarios, el hoy doctor en ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Carlos Cedillo Peláez se muestra orgulloso de sus logros académicos, y no es para menos; meses atrás fue acreedor al premio Lola e lgo Flisser Puis UNAM 2015 por la mejor tesis de doctorado en parasitología.

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La tesis del doctor Carlos Cedillo Peláez aporta nueva evidencia científica sobre Toxoplasma gondii, el parásito causante de la toxoplasmosis, una enfermedad infecciosa que afecta entre 30 y 50 por ciento de la población mundial, así como a diversos animales.

En la actualidad, el estudio de este parásito forma parte de una línea de investigación del científico. Desde su trinchera, en el Laboratorio de Inmunología Experimental del Instituto Nacional de Pediatría (INP) ha investigado la diversidad genética de Toxoplasma gondii. Hasta ahora ha descrito diversos genotipos del protozoario no documentados anteriormente, en diferentes regiones del país y en diferentes hospedadores animales.

Al igual que algunos otros estudiantes de nivel medio superior, se enfrentó en un dilema a la hora de elegir una carrera universitaria: medicina, química o enlistarse en la Marina Armada de México eran sus opciones. Tal disyuntiva le hizo pensar en cambiar de vocación e incluso dejar la universidad.

“No sabía qué estudiar. Solo tenía claro que debía ser algo relacionado con las ciencias biológicas; la química me gusta muchísimo y se me facilitaba al igual que la biología. Por diferentes circunstancias, principalmente económicas, escogí estudiar medicina veterinaria zootecnia. Mi plan originalmente era conseguir un trabajo una vez terminada la carrera”, recuerda.

El panorama se presentó diferente para el ahora investigador del INP cuando comenzó a tomar clases de patología veterinaria, lo que considera la pauta para enfocarse en esta área del conocimiento. “Me convencí de que esto es lo que yo quería hacer, aunque tuve muchas dudas retomé mi carrera y al finalizar realicé una especialidad en esta área”, comenta.

Aunque asegura que se trata de un área demandante debido al estudio periódico de las enfermedades de los animales, desde desnutrición, enfermedades infecciosas, degenerativas, proliferativas, la patología veterinaria permite apoyar estudios que pueden trasladarse a la medicina humana. Por otro lado, admite que tanto sus padres como sus profesores fueron un componente importante en su formación.

1 Dr Carlos Cedillo Pelaez 1 “Gracias a mis padres soy quien soy. Fueron un gran apoyo en una etapa importante de la vida, alcancé una gran cantidad de metas que ahora la situación es mucho más fácil y sencilla. Esto influyó para que continuara y no 'aventara la toalla'. También tuve dos personas que fueron mis tutores de patología, los doctores Fernando Constantino Casas y Eugenia Candanosa, patólogos con quienes tomé clases y con ellos compré la idea completa de que esto era lo que yo quería”, admite.

Un acierto la especialización

Asegura que debido a las demandas laborales los estudios de licenciatura no son suficientes en el mundo actual, situación que lo motivó a especializarse en microscopía electrónica. “Las demandas laborales y la competencia entre los que estamos en el gremio genera que uno se prepare mejor y se especialice. La microscopía electrónica es un área relacionada con la patología veterinaria que nos permite ver y estudiar microorganismos, bacterias y parásitos como Toxoplasma gondii”, explica.

Al preguntarle sobre su incorporación al INP, Carlos Cedillo Peláez se definió como un hombre con suerte que ha estado en el lugar y el momento adecuados cuando la situación lo requiere. “Cuando trabajaba en la Facultad de Veterinaria empecé mis estudios de maestría, y por azares del destino conocí a la que actualmente es mi jefa —Dolores Correa Beltrán—, quien trabajaba con el tema de toxoplasmosis congénita, así empezó la relación. Trabajar en un instituto nacional como investigador es un orgullo, una satisfacción y una connotación particular en esta etapa de mi vida”, cuenta.

Un día normal en la vida del doctor Cedillo Peláez se divide en múltiples actividades, desde realizar pruebas y estudios de laboratorio, o bien pasar horas frente a la computadora mientras escribe un artículo científico, leer y mantenerse actualizado en temas de investigación.

“Puedo estar sentado prácticamente toda la mañana realizando cortes histológicos al microscopio. En el laboratorio tenemos un seminario todos los lunes, donde discutimos diferentes cuestiones, por ejemplo, avances de investigación de los estudiantes, también nos involucramos en la parte administrativa. También se discuten cosas generales como saber fechas de los próximos cumpleaños”, detalla.

Además de la investigación y de pasar horas en el laboratorio, el investigador del INP se considera cinéfilo. Es mediante el cine y la fotografía que logra despejarse del trabajo, al mismo tiempo que surgen nuevas ideas.

“Podría estar cuatro veces a la semana en el cine. Sin problema podría ver una película dos o cinco veces. El cine me ayuda mucho a rebobinar cosas del trabajo. Es mucha la información del trabajo y a veces necesitamos canalizarlo, a mí me funciona muchísimo, me despejo e incluso después empiezan a llegar las ideas. Últimamente, en los últimos años, la fotografía de naturaleza ha sido otra de mis aficiones; agarro la cámara y, como yo digo, voy a turistear por la Ciudad de México, o bien cuando salgo de viaje para ir a congresos u otra actividad. Incluso en el laboratorio procuro tomar fotos de todo, también desde el microscopio, es una necesidad de generar evidencia gráfica”, dice.

El doctor Cedillo Peláez asegura que una de sus principales satisfacciones es el reconocimiento científico por sus investigaciones. “Yo no me veía a este nivel y a esta altura, hice la primera especialidad por la necesidad de conseguir un trabajo mejor, por aprender más y marcar una pauta. Algo muy satisfactorio es que me han aceptado trabajos en congresos internacionales”, concluye.