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Alberto Güijosa Hidalgo: Fascinación por entender el universo

Por Hugo Valencia Juliao

México, DF. 21 de agosto de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- En un moderno edificio de Ciudad Universitaria (CU) se encuentra el Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la Universidad Nacional alberto guijosa hidalgo01Autónoma de México (UNAM). En recepción, una vigilante de edad avanzada indica el camino que lleva al cubículo de Alberto Güijosa Hidalgo: “Al fondo a la izquierda, por las escaleras de la biblioteca, hasta el segundo piso”.

En su oficina destacan los libros; las fotografias de su familia se iluminan naturalmente por la luz que entra con abundancia por la terraza, que además ofrece una vista espectacular donde se observan la flora y fauna características de CU. El catedrático tiene una complexión fornida, visiblemente es una persona bien ejercitada; viste playera azul y pantalón de mezclilla.

Alberto Güijosa es físico teórico mexicano especializado en la correspondencia holográfica que es una rama derivada de la teoría de cuerdas; pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), nivel II. En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el investigador habla acerca de su trayectoria, los retos y logros en su carrera científica, así como de su importante labor como divulgador de la ciencia.

Infancia y juventud

“Fui muy tranquilo, no era fiestero, ni nada de eso... Estando en la primaria todavía, cuando mi familia y yo nos íbamos de vacaciones a Acapulco, me pasaba por la mente ser algo así como biólogo marino o algo parecido. Me parecía impresionante el mar”, rememora Alberto Güijosa.  

frase alberto guijosa01Según afirma, se encaminó hacia el mundo de la ciencia por algunos libros de divulgación científica. “Formalmente, iniciando la secundaria tomé la idea de hacer ciencia cuando mi mamá me regaló un libro de divulgación científica de astronomía que me fascinó”, según cuenta, ahí pensó por primera vez la posibilidad de ser astrónomo.

Además, reconoce que el programa Cosmos de Carl Sagan lo inspiró definitivamente para dedicarse a la ciencia. “En ese tiempo lo pasaban en el canal 5. Cada sábado veía Cosmos, su discurso siempre me pareció un gran ejemplo de divulgación porque podía transmitir como si fuera magia los secretos más profundos del universo”.

Sin embargo, en ese tiempo el joven Alberto Güijosa leyó un artículo acerca de la teoría de las dos rendijas sobre la física cuántica que lo hizo decidirse a estudiar física. “Eso que leí me pareció tan extraño, por eso me dispuse a estudiar física; para estudiar esas cosas que me parecían tan extrañas”.  

Decidió entonces estudiar física en el extranjero, porque supuso que sería mejor ir a Estados Unidos desde la licenciatura. “Tomé esa decisión por falta de información y malinchismo. Ahora sé que irse a estudiar al extranjero desde la licenciatura no es lo más recomendable, por lo menos para una carrera científica”, asegura recargado detrás de su escritorio. 

Eso es, dice, porque los planes de estudio de algunas universidades en el extranjero todavía son muy dispersos ya que toman materias de muchas disciplinas por lo que no están muy enfocados hacia lo que generalmente se busca. Sin embargo, esa experiencia le ayudó a armar su carrera tomando todos los cursos de física y matemáticas que podía porque era lo que realmente le gustaba.

“Lo que a la larga creo que sí me benefició de haber estudiado allá y teniendo las cartas de recomendación, es que fue mucho más fácil que me aceptaran para estudiar el posgrado en Princeton”, expone. 

Después de eso, el investigador afirma que tardó en decidir en qué rama de la física quería especializarse. “Como en muchas disciplinas, es muy difícil colocarse en el mundo de la ciencia, por lo que debes decidir en qué te vas a especializar cuanto antes. Fue hasta que llegué a Princeton cuando decidí especializarme en la teoría de cuerdas”, expresa.

En el extranjero

alberto guijosa hidalgo02Alberto Güijosa pasó once años fuera de México: cuatro años en la Universidad Brandeis, cinco en la Universidad de Princeton para el posgrado y dos en Estocolmo, Suecia, para una estancia posdoctoral.

“Algo que es muy difícil de entender es que cuando termino el doctorado, es decir, después de nueve años de estudiar física intensamente, yo sentía que todavía no sabía nada. Por eso, todavía tuve la necesidad de tomar un trabajo temporal como lo fue la estancia posdoctoral”, reflexiona.  

Y aclara que su estancia fue con el objetivo de aprender más, así como relacionarse con el campo laboral y crear vínculos de colaboración con otros investigadores. “Por ello fui a Suecia, me contrataron dos años para trabajar con ellos en el tema que me había especializado en el doctorado”.

No obstante, el investigador siempre tuvo claro que quería regresar a México por diversas razones. “Por más que tuve la oportunidad de estar en el extranjero nunca me sentí en casa en ningún otro país. Además no imaginaba a mis hijos creciendo fuera de México y hablando otro idioma”.

El sentimiento nacionalista siempre ha estado en Alberto Güijosa Hidalgo porque piensa que regresar a México también le presentaba la oportunidad de retribuir con conocimiento a su país. “Es el país que me vio nacer y el cual me permitió desarrollarme profesionalmente en lo que me apasiona, lo menos que podría hacer es retribuir en alguna medida todo lo que me ha dado”.

La divulgación de la ciencia

En gran medida, el investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM ha visto en la divulgación científica la oportunidad de poder aportar “un granito de arena” al desarrollo del país.

“Al margen de toda la labor de docencia que corresponde a cualquier profesor-investigador en la UNAM, me siento muy útil haciendo contacto con el público en general a través de la divulgación”, precisa con frase alberto guijosa02la mirada puesta en el ventanal. 

Alberto Güijosa considera que la divulgación científica puede significar mucho para otras personas. “Siento que la divulgación es una oportunidad para que la gente se dé cuenta de la fascinación que resulta entender el universo; para que todo el mundo pueda disfrutar la ciencia como lo hacemos nosotros los científicos. Las mayores satisfacciones en torno a la divulgación de la ciencia son aquellas en las que la gente te escucha y le causas algún tipo de sensación. Cuando un niño se entusiasma y le brillan los ojos, eso también me causa una sensación, porque me veo reflejado en esos niños curiosos y preguntones que se entusiasman con las ideas locas de la ciencia”.

Ser físico teórico

Con una sonrisa amable atiende a los cuestionamientos acerca de su trabajo diario como físico teórico en la UNAM. “Nosotros trabajamos en la búsqueda de preguntas que aporten algo a la comunidad científica internacional. Tiene que ser una pregunta suficientemente interesante como para ser relevante, pero lo suficientemente accesible para que se pueda responder en un plazo razonable. Un tiempo ideal para responder el problema sería alrededor de tres a cuatro meses, pero varía dependiendo de la complejidad de la misma pregunta", explica el físico mexicano.

frase alberto guijosa03En el mismo sentido, comenta que es muy importante en el mundo científico mantenerse actualizado alrededor de todos los artículos que se publican en el resto del mundo, lo que significa “una tarea casi infinita”, pues afirma que salen alrededor de cinco artículos por día solo en el tema en que él realiza sus investigaciones.

Al respecto de las preguntas que realiza en su trabajo diario, comenta que “se traducen a cálculos matemáticos, esto para tener una forma muy específica para describir y explicar el mundo”.

Para el investigador, la parte que menos le agrada de su trabajo es la carga burocrática de organizar eventos u otras cosas que, admite, son necesarias.

Alberto Güijosa se especializa en la correspondencia holográfica, área de la teoría de cuerdas que existe gracias a Juan Maldacena, físico argentino que en 1997 hizo un descubrimiento que transformó por completo la física.

“Descubrió que dos universos pueden ser el mismo, entendido por dos lenguajes diferentes. Yo siempre he dicho que haber vivido cuando esto se descubrió ha hecho que valga la pena vivir... Ser físico teórico tiene sus ventajas ya que tú mismo diriges el rumbo de tus investigaciones; es curioso, porque nos mueve tal pasión por entender el universo que, incluso, nos autoexplotamos”, expresa Alberto Güijosa soltando una leve carcajada.

 

 

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