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Drogas, salud pública y bienestar de las comunidades | Conferencia

EL COLEGIO NACIONAL

Síntesis Informativa
Martes 29 de octubre de 2019

  • La tarea de la atención al tema de las drogas es continua y pensar en una guerra es un sinsentido porque desde esa perspectiva nunca se va a ganar: María Elena Medina-Mora
  • El determinante social que más peso tiene en el consumo de drogas es la violencia: María Elena Medina-Mora
  • A las cárceles llegan los más marginados. Si vemos a las personas que están por delitos contra la salud en las cárceles, vemos un índice de marginación. Si lo vemos por hombres y mujeres, el 80% de las mujeres que están en cárceles federales están por delitos contra la salud, pero en el caso de los hombres es de menos del 50%: María Elena Medina-Mora
  • La evidencia científica puede ser un aliado de líderes y desarrolladores de políticas para crear una política de drogas más efectiva: María Elena Medina-Mora

saludcolnal2“Lo que buscamos es una política que nos permita pensar cómo mejorar las comunidades, cómo mejorar la calidad de vida y cómo dejar de tener indicadores de logro con las personas en la cárcel o por la cantidad de drogas decomisadas”, aseguró María Elena Medina-Mora, psicóloga integrante de El Colegio Nacional (Colnal), en la conferencia Drogas, salud pública y bienestar de las comunidades. La especialista en salud mental hizo en su ponencia del lunes pasado un recorrido por la historia del consumo de las drogas, sus antecedentes y desenlaces, la forma en la que se ha enfrentado el problema y dio a conocer la evidencia científica disponible para implementarse en políticas públicas.

La cátedra se llevó a cabo en el marco de la entrega del doctorado honoris causa a Medina-Mora por parte del Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Germán Palafox, el director de la Facultad de Psicología de la UNAM, puntualizó que es la tercera distinción del mismo tipo que recibe la investigadora y enfatizó su prolífica carrera.

La académica comenzó su conferencia instando a cambiar el tipo de acercamiento que se tiene al problema de las drogas y exhortó a no sólo tomar en cuenta la perspectiva desde el daño que puede tener la sustancia: “el impacto no tiene que ver únicamente con la droga, tiene que ver con la persona, con el medio ambiente, con la herencia, con las experiencias de vida y cuando tratamos de ver el problema desde la perspectiva de la droga, pues vamos a tener problemas”.

 

Medina-Mora apuntó que ante un contexto de surgimiento de nuevas y diversas drogas es necesaria la implementación de políticas públicas continuas y flexibles para adaptarse a nuevos retos. La especialista mostró una tabla con los efectos adversos en usuarios que tiene cada droga y advirtió que el libre mercado no tiene una lógica de cuidar a los usuarios, por lo que es necesario una regulación adecuada para cada tipo de sustancia.

La integrante del Colnal desde 2006 agregó que el enfoque basado en la persona incluye variables diversas: “el que una persona desarrolle problemas va a depender, por una parte, de qué droga usa, cuál es su potencial adictivo, qué tan frecuente y en qué cantidad la usa, pero también de su herencia que va a incluir una vulnerabilidad”.

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Medina-Mora dijo que la primera etapa del consumo de drogas tiene que ver con la producción de sensaciones de placer; la segunda interactúa con el hipotálamo por lo que se relaciona con la regulación del estrés, emociones negativas y ansiedad; la tercera etapa afecta el área de los procesos cognitivos y la toma de decisiones. La profesora explicó la espiral de distrés: el inicio del consumo se da por los efectos positivos, posteriormente hay neuroadaptaciones que hacen que el individuo ya no sienta el mismo placer por otras actividades, luego se va a la etapa en que es necesaria la sustancia para sentirse normal y al final se da una repetición de la conducta a pesar de las consecuencias para el consumidor y otros.

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Al ver el problema del consumo desde la perspectiva de los determinantes sociales, la colegiada afirmó que el componente social es el que afecta la forma en que una herencia genética de consumo se puede manifestar en mayor o menor medida. Lo dicho por la especialista se basó en una revisión sistemática que concluía, basada en determinantes proximales y distales, posibles intervenciones efectivas dependiendo de la población. Según la académica, la violencia es el determinante social con mayor incidencia en el consumo de drogas. En este aspecto, la conducta criminal de los padres, ser testigos de violencia intrafamiliar y el abuso físico son las principales acciones que llevan a los menores de edad al consumo de sustancias.

Por medio de mapas la investigadora mostró la producción de cada droga en cada país y explicó los cambios que han habido. La reducción de la percepción de riesgo de la marihuana y su mayor consumo, la reducción de la edad de inicio de consumo en drogas anfetamínicas y el aumento de consumo de drogas en la población joven femenina fueron algunos fenómenos que explicó por medio de gráficas. En el mercado de drogas, la colegiada recordó que el cierre de la Ruta del Caribe incrementó el paso de drogas por México, lo que generó mayor disponibilidad y mayor consumo en el país.

saludcolnal3Medina-Mora denunció el tratamiento mínimo adecuado que existe en México e hizo un llamado a incrementar la inversión para que el tratamiento llegue y sea mejor. La académica mencionó el tema del fentanilo y ubicó la presencia de la sustancia en diversas partes del país y advirtió que habrá un incremento en la mortalidad por sobredosis. Al diagnosticar el problema puntual de México dijo que se tiene que tomar en cuenta el contexto de violencia y propuso un modelo de salud pública que permita cambiar el medio ambiente y la conducta individual, que tenga el objetivo del bienestar y no el decomiso de drogas y que busque identificar las necesidades de salud de una población y sus determinantes para así poder transformar la información en políticas públicas.

Por último, la colegiada mostró una cronología de las políticas implementadas por México en el tema y mencionó que de 1969 a 1972 se creó un Consejo de Administración de Secretarios de Salud; de 1986 a 1995 se consolidó el Consejo Nacional Contra las Adicciones; en el 2008 el programa pasó a manos del sector de procuración de justicia y actualmente hay una separación de funciones que no permite la colaboración entre instancias. Entre los nuevos retos que señaló Medina-Mora se encuentran la evaluación constante de cada política pública, reconocer que se es un país productor, entender los determinantes, conocer las brechas de atención y reducir las consecuencias no intencionadas.

Sobre la regulación de la marihuana planteó el contexto de Canadá, Estados Unidos, México, Uruguay y la Unión Europea. La académica explicó los modelos de regulación de la cannabis como la prohibición, la despenalización y descriminalización, la legalización parcial por un sistema para uso médico, la legalización comercial y la legalización no comercial. Advirtió que entre los retos para la prevención de la cannabis se encuentra el uso frecuente en el tiempo, evitar mezclarlo con otras sustancias, no usarla en edades tempranas y evitar el uso de cannabis sintética. Finalizó proponiendo un nuevo sistema de atención basado en la prevención y en la comunidad.

 

La investigadora emérita precisó que los libros utilizados en su exposición fueron La política de drogas y el bien público y Mental, neurological, and substance use disorders.

 

 



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