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Luis Enrique Díaz Sánchez, el físico ávido de curiosidad


Por Judith Ureña

Ciudad de México. 8 de agosto de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Luis Enrique Díaz Sánchez es investigador de tiempo completo del Departamento de Física de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), con licenciatura y maestría en física, doctorado en ciencias, así como un posdoctorado en materiales nanoestructurados, además de ser miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

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También es joven embajador del Servicio Alemán de Intercambio Académico (2015-2016), así como miembro del Comité Técnico de la Red Temática Mexicana de Supercómputo (Redmexsu) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y, más recientemente, encabeza el Centro de Datos que se está conformando en la UAEM.

Recuerda que su interés por estudiar física tiene una clara influencia del lado paterno, quien trabajó muchos años en una empresa farmacéutica y con una enorme curiosidad incitaba al doctor Díaz Sánchez a desarmar objetos (bicicletas, radios, etcétera) y ver cómo y por qué funcionaban.

Posteriormente, ya en secundaria y preparatoria, el físico descubrió que existen matemáticas que describen la naturaleza, es decir, que hay formas matemáticas de describir ciertos efectos de la naturaleza. Es en este punto cuando al experto le empieza a atraer el poder de “predecir cosas”, aplicar nuevas ecuaciones a nuevos fenómenos para predecir cosas que nunca se habían visto.

tabluis0816“Nunca me regañaron (mis padres) por descomponer algo, nunca se enojaron porque desarmara las cosas y yo creo que eso influye mucho al momento de dedicarse a la ciencia”, narra el investigador entre risas.

Nace el interés en las nanopartículas 

El doctor Díaz Sánchez cuenta a la Agencia Informativa Conacyt que su llegada a la Facultad de Física de la UAEM fue de manera cuasi natural al tener tan despierto su lado curioso y, ya estando ahí, descubrió que hay cosas todavía más pequeñas, entonces comenzó a preguntarse, ¿cómo es que desde las interacciones más básicas de la naturaleza se pueden describir los fenómenos más complicados?

Con el estudio de la mecánica cuántica, dinámica de fluidos, entre otras disciplinas, el investigador advirtió que los fenómenos macroscópicos se originan por otros cada vez más pequeños, hasta que llega al punto en que ya es imposible que, a través de esos fenómenos diminutos se puedan describir cosas mayores; no obstante, a él le interesaron precisamente esas interacciones más pequeñas, llegando de la mano a la nanotecnología.

De la nanotecnología a las computadoras

En sus ganas por desarmar objetos, en un afán por aprender y conocer más (sobre todo a través de los aparatos eléctricos), notó que había herramientas como las computadoras que “hacían cosas pero no sabía por qué”, y así nació su gusto por usarlas.

Lo anterior lo llevó a descubrir software que sirve para programar y, por tanto, su visión sobre las computadoras comenzó a cambiar, percibió que “estas solo hacen lo que uno les dice”, entonces su labor se centró en aprender cómo dar instrucciones a las computadoras.

Así llegó a un nuevo punto de su carrera: usar las computadoras para modelar la naturaleza, predecir propiedades de materiales que nadie más ha descubierto, conjuntando así sus dos grandes placeres: la computación y la nanotecnología, de ahí que decidió dedicarse a la simulación aplicada a la investigación científica.

Un SNI joven

Si bien el doctor Díaz Sánchez cuenta con una larga trayectoria, al revisar sus trabajos y aportaciones salta a la vista el hecho de ser uno de los SNI más jóvenes; no obstante, él cuenta que “su historia se parece a la de muchos”.

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Hace 20 años era inexistente la cultura científica en nuestro país, cuando los jóvenes mostraron interés por estudiar en el extranjero, descubrir cosas nuevas o cosas que simplemente no se sabe que existen, aparecieron de pronto en el camino las becas.

Para el doctor Díaz Sánchez las becas se volvieron la oportunidad para seguir preparándose en donde, reconoció, el Conacyt juega un papel “importantísimo a nivel nacional e históricamente”, con el apoyo que brindan a los jóvenes talentos interesados en prepararse y estudiar un posgrado no solo en territorio nacional, sino hasta a nivel internacional.

Lo anterior fue precisamente el caso del doctor Díaz Sánchez, quien a través del programa de becas mixtas, pasó primero un año en Bélgica, después algunas estancias y, finalmente, su doctorado —en conjunto con el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y la Universidad Católica de Louvain, en Bélgica.

Para su posdoctorado contó con el apoyo del gobierno alemán, a través del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por sus siglas en alemán), a la cual representa como joven embajador, cuyo papel es promover los estudios en el extranjero y decir a la gente, “si quieren seguirse preparando, no hay pretexto. Hay un montón de apoyos en este país, en el extranjero y solo tienen que contar con ganas para superarse”, concluyó el investigador. 

 

 

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