¿Sabías que... los ancianos que tienen mascotas tienen mejor calidad de vida?
Por Génesis Gatica Porcayo
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que alrededor del 4 y el 6 por ciento de las personas de la tercera edad sufren alguna forma de abuso, ya sea este físico, emocional o financiero.
Aunado a los maltratos, existe la realidad del abandono tanto en el hogar como en las instituciones y este hecho es más frecuente de lo que se llega a admitir, pues una gran cantidad de casos no son denunciados.
El 15 de junio se celebra el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez y en este sentido estudios recientes han demostrado que además de que la población de la tercera edad merece respeto y buscan evitar el maltrato y abandono, cuando un adulto mayor vive en compañía de una mascota, mejora su calidad y tiempo de vida.
Algunos de los efectos positivos que las mascotas brindan a los ancianos son el aumento de la autoestima, pues las necesidades de atención y cuidado que las mascotas demandan neutralizan de alguna manera la sensación de vacío que deja la soledad.
Entre otros beneficios, ayudan estimular la salud así como a disminuir la depresión y sobre todo se produce un vínculo del hombre con el animal que contribuye a mejorar su calidad de vida en todo lo relacionado al bienestar mental y social.
La interacción del adulto mayor con el animal potencia las relaciones sociales con otras personas y esto tiene un efecto indirecto sobre el bienestar y también alivia la sensación de soledad. El animal actúa como un facilitador de relaciones sociales y es un factor de suma importancia para aquellos ancianos que viven aislados.
Una mascota para el adulto mayor trae consigo menos estrés y las visitas al médico son con menor frecuencia que aquellos que no tienen a su lado a un animal que les proporcione compañía, pues estos estimulan la comunicación, favorece el contacto físico así como las demostraciones de afecto, sin dejar de lado que estimulan la memoria y la atención.
La persona se siente cada vez más útil e incluso aumentan las ganas de vivir y disminuye la ansiedad así como la necesidad de medicación.
Fuente: fundacion-affinity.org/
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