logo

Ana María Cetto: de cuerpo y alma dedicada a la física

Por Ana Luisa Guerrero

León, Guanajuato. 22 de mayo de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- No hay manera de resistirse al encanto de la sonrisa de Ana María Cetto Kramis, que viene acompañada de una risa que contagia la alegría de vivir. Esos gestos los enmarcan el azul de sus ojos y una voz dulce que adereza la charla en que imprime su incansable ana ma cetto01búsqueda por conocer de qué están hechas las cosas.

Doctora en Física por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con maestría en Biofísica por la Universidad de Harvard, ha dedicado sus esfuerzos en cuerpo y alma a desmenuzar la física, tras la curiosidad infantil que le despertó su padre al revelarle que una simple roca del Pedregal (zona en el sur de la Ciudad de México), que parece inmutable, está compuesta por partículas en movimiento constante.

Tras impartir la conferencia La mujer en la ciencia: nuevas respuestas a un tema añejo, al inicio de un encuentro organizado por el Centro de Investigaciones en Óptica (CIO), comparte que entre las múltiples responsabilidades que tiene, no abandona su trabajo de investigación.

La investigadora y profesora del Instituto de Física de la UNAM dedica tiempo y esfuerzo en descubrir qué hay detrás de la mecánica cuántica, el tema que la atrapó desde que se doctoró y que ha trabajado de la mano de su compañero de vida, el investigador emérito Luis de la Peña.

En colaboración con un equipo de físicos mexicanos, avanzan en una teoría que fundamenta la mecánica cuántica y sobre ella han publicado diversos libros. Estos progresos la tienen satisfecha pues considera que van por buen camino, aunque reconoce que les hace falta atar algunos cabos que todavía están sueltos.

“Indagamos qué hay detrás de la teoría que conocemos como mecánica cuántica, qué es lo que hace que la materia se comporte de esa manera a escala atómica”, dice entusiasmada.

La hija del reconocido arquitecto Max Cetto explica que la mecánica cuántica se fundamenta en postulados, por lo que es de su interés descubrir la razón física y el ana ma cetto02fenómeno al que responde cada uno de ellos; “estamos tratando de sacarle a la naturaleza ese secreto, que tiene muy bien guardadito”, comparte.

En este esfuerzo se han enfrentado a varias dificultades, como encontrar espacios para publicar sus artículos, pues señala que en el círculo de físicos los planteamientos teóricos son rebasados por los pragmáticos.

“No es sencillo publicar en esta área porque hay pocos físicos que se detienen a pensar qué hay detrás de las cosas y prefieren sacar una nueva aplicación. Nosotros somos de los que queremos entender el fondo de las cosas y en las revistas científicas no aprecian tanto ese tipo de trabajos, entonces hay que buscar espacios dispuestos a publicarlo”, añade.

Mientras habla de su investigación, la mirada se le enciende porque sabe que entre la comunidad es reconocido que este es un tema pendiente de ser fundamentado. Y es que, señala, en 2005 la revista Science conmemoraba su 125 aniversario y sondeó entre los científicos cuáles son las grandes preguntas en la ciencia que todavía requieren ser respondidas, y una de ellas es la fundamentación de la mecánica cuántica, a pesar de que no hay muchos colegas que se apliquen a su estudio.

Entusiasta, dice que el grupo del que forma parte sí está dispuesto a dedicarle tiempo, en tanto que buscan foros para exponer sus planteamientos.

Mexicana con doble Nobel de la Paz

Ana María Cetto es reconocida en el círculo científico por su labor pacifista, a simple vista se aprecia el sentido humano que imprime a su desempeño profesional.

Tiene un espíritu incansable –alimentado por su dosis diaria de música de cámara– que la ha llevado a compartir en dos ocasiones el Premio Nobel de la Paz. El primero sobre ana ma cettocomo miembro del Consejo Ejecutivo de las Conferencias Pugwash, organización que ganó este premio en 1995; y el segundo como directora general adjunta del Organismo Internacional de Energía Atómica, en 2005.

Es una convencida de que el avance de la ciencia debe ser en beneficio de la humanidad, por lo que asegura que es prioritario trabajar en pos de la paz, el desarme y la no proliferación de armas nucleares.

Reconoce que aunque es difícil lograr el desarme total debido a que está en función de grandes intereses, no se debe perder la esperanza ni cejar en esfuerzos, sobre todo por parte de la comunidad de científicos con alto sentido ético y humanitario.

Motivada por este deseo, ha colaborado en la Conferencia Mundial para la Ciencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Consejo Internacional para la Ciencia y la Fundación Internacional para la Ciencia.

En algún momento de la vida, Cetto Kramis se enfrentó a la disyuntiva de abandonar la ciencia para dedicarse a la música, pero prevaleció su inquietud por develar los secretos de la naturaleza.

Superar obstáculos

Aficionada a las novelas históricas, la prolífera científica autora de 11 libros, 110 artículos de investigación y 250 publicaciones, hace un recuento de su andar y reconoce ana ma cetto03que a su paso se ha encontrado con obstáculos que, afortunadamente, ha superado.

“El camino no está libre de piedras pero ahora las mujeres sí estamos viviendo una época mejor que nuestras antepasadas”, dice en referencia a los retos que enfrenta el género femenino en el ámbito científico.

Dibujando –una vez más– una amplia sonrisa, evoca el pasado y se reconoce afortunada porque su carrera profesional no se vio interrumpida por problemas ni prejuicios.

Con un amplio sentido social, lamenta que por problemas personales o casos de discriminación, algunas de sus colegas en la facultad o personas vulnerables se fueran quedando en el camino y no concluyeran su preparación profesional.

“Me dolía especialmente ver que había chicas que se inscribían en la carrera y luego iban desapareciendo. Eso lo incorporé y me di cuenta que lo mismo pasaba con gente de origen indígena, porque todo el sistema educativo va discriminando. Es parte de la sociedad que vivimos, es raro ver a un científico establecido que se hable con sus pares y que sea de extracción indígena; los hay, pero porcentualmente hablando son pocos”, añade.

No obstante, resalta que hay muchos casos de éxito en que se logra superar las contrariedades. “Cuando lo logras sales más fuerte, entonces el siguiente reto será una barrera más alta, la vas a poder saltar más alto y lo logras, y vas haciéndote de herramientas en el camino con las que vas construyendo tu propia forma de enfrentar retos”, refiere.

En materia de género, la laureada como Mujer del Año en 2003 y galardonada con la presea Sor Juana Inés de la Cruz por parte de la UNAM en 2006, asegura que las carreras científicas no están vetadas para las mujeres.

“Yo fui a una secundaria de mujeres, tenía la esperanza de hacer una carrera científica, no sabía cuál pero veía que había compañeras mías que tenían totalmente descartada esa posibilidad, y yo platicaba con ellas haciéndoles ver que no tenían por qué descartarlas, que era una opción”, rememora.

Del tiempo completo al arte

El semblante de Ana María Cetto es franco. Devela que su profesión la hace feliz y, por ello, está dedicada de tiempo completo desde su centro de operaciones: su oficina en trayectoria ana ma cettoel Instituto de Física de la UNAM.

Sin menoscabar la vitalidad que irradia, quisiera robarle más horas al día para completar el sinnúmero de actividades que tiene a su cargo, porque entre sus labores docentes, de investigación, en organismos internacionales, como integrante del Comité Internacional del Año Internacional de la Luz y encargada de la renovación del Museo de la Luz, es poco el tiempo libre que puede dedicar a otras de sus pasiones.

“No hay tiempo, los fines de semana los dedicamos mi esposo y yo a ponernos al corriente en las lecturas que tienen que ver con nuestro trabajo y no nos alcanza la semana, casi no hay tiempo libre”, lamenta.

No obstante el ajetreo cotidiano, uno de sus esparcimientos es visitar el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) para avivar sus sentidos, un fervor que le contagió su hija, quien es artista.

“De vez en cuando voy al MUAC, aprecio la labor del museo porque ahí vemos exposiciones de artistas que están rompiendo esquemas y presentan cosas nuevas, y sí que sales con el ojo cuadrado, como dice su publicidad”, sonríe.

Y es que, refiere, tras contemplar el arte se percibe el mundo de manera diferente; “una vez me pasó en Londres, que salí del Tate Modern y sentí que el museo continuaba en las calles y me sentí más en este mundo”, subraya.

La vena artística la trae, por lo que en alguna etapa de su vida tocaba el clarinete, y tal era su encanto por el instrumento que hasta pensó en dedicarse por completo a la música.

En esa añoranza melódica, la doctora Cetto pierde su mirada azul. Rememora esas épocas y se detiene un minuto. De zarpazo, extiende los labios y lanza esa sonrisa contagiosa, con la que demuestra que la física es el camino que siempre quiso andar y lo ha recorrido con éxito.

 

Más fotografías.

 

Licencia de Creative Commons
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.

 



Agencia Informativa Conacyt

 

Algunos derechos reservados 2015 ®
Ciencia MX
Conoce nuestras políticas de privacidad
logotipo

México, CDMX


 

Search Mobile