logo

Jorge Pérez de la Rosa, enamorado de las coníferas


Por Pablo Miranda Ramírez

Zapopan, Jalisco. 21 de junio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Con añoranza, Jorge rememora cómo se enamoró de las coníferas. Se recuerda a sí mismo arriba de un pino, en medio de un bosque y olvidado por sus compañeros de excursión, pero también se acuerda (después de que lo encontraron a mitad de la carretera) de la satisfacción que experimentó cuando identificó las muestras que recolectó de ese árbol.

1-HEAD_enamorrosa2118.jpg

Desde entonces, Jorge Alberto Pérez de la Rosa, investigador y docente del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), ha dedicado su vida profesional a la identificación y clasificación taxonómica de estas especies de árboles.

Con una trayectoria de más de 38 años dentro de la UdeG, este botánico ha descubierto cinco especies de coníferas, la más reciente, Pinus vallartensis, el año pasado. Su pasión y amor por estas plantas lo han llevado a explorar los bosques, montañas, sierras y selvas de Jalisco, con el objetivo primordial de observar esos árboles y ayudar a descubrir dónde se localizan.

1-coniferas2118.jpgPérez de la Rosa relata que alguna vez pensó en ser físico pero debido a la falta de opciones educativas hace cuatro décadas, optó por incursionar en la ingeniería agrónoma dado que mostraba empatía por resolver los problemas de producción del campo y la explotación de este sector para combatir la carencia de alimentos en el país.

Sin embargo, durante su camino se encontró con las clases de la maestra Luz María Villarreal de Puga, una botánica que le inculcó el amor por las plantas y lo influyó para dedicarse al estudio de estas desde el Herbario IBUG del CUCBA, donde descubrió su pasión por las coníferas.

“Ahí fue el inicio, el comienzo de ese amor por estas plantas tan especiales de suave fragancia a terpenos, de bajo peso molecular, y nunca más las dejé”.

Descubriendo gigantes de Jalisco

Este investigador se formó en posgrado en taxonomía de coníferas mexicanas y señala que para trabajar con estas especies de árboles se necesita estudiarlas a profundidad para adquirir experiencia y conocimientos, pero la suerte también es un factor presente para encontrar las coníferas desconocidas.

“Quizá las mayores satisfacciones que uno puede tener como botánico no se miden en pesos ni centavos, se miden en esos descubrimientos que uno puede dar a conocer al mundo”.

El doctor menciona que en la década de 1980, junto con un grupo de compañeros del Herbario IBUG, realizó una serie de actividades en campo durante una semana para detectar posibles especies nuevas de bambúes. La excursión implicó entrar en la Sierra de Cuale, en el municipio de Cabo Corrientes, Jalisco, por caminos de terracería.

Aunque el objetivo del investigador era recolectar muestras de la especie Pinus ayacahuite, durante el trayecto se encontró con un pino que nunca antes había visto y que llamó totalmente su atención. Luego de la excursión, Pérez de la Rosa inició con búsqueda de información de este espécimen, y luego de meses de análisis comprobó que era una especie nueva.

La descripción de esta nueva especie, Pinus jaliscana, fue publicada en 1983 en la revista de botánica Phytologia; el doctor llama a este pino su “hijo mayor”.

“Como con los hijos, a veces el primogénito tiene sus ventajas y desventajas. A veces los padres se enseñan a ser padres con el primer hijo, y no es que no quieran ser buenos padres, sino que no saben, y así me pasó, me costó mucho trabajo dar a conocer esta especie”.

La importancia de estudiar estos árboles

Con base en su experiencia, el doctor Pérez de la Rosa comparte que cuando se descubre una nueva especie de conífera esto trae consigo la oportunidad de estudiar también el entorno que la rodea y así se amplía el margen de estudio en torno a este árbol. Para el investigador, las coníferas 1-coniferas2118-1.jpgson especies que invitan a indagar en el mundo de la botánica.

El docente explica que las coníferas pertenecen a un grupo de plantas denominadas gimnospermas, que se caracterizan por tener sus semillas u óvulos al aire libre y no presentar flores. Estas especies cuentan con conos masculinos que sueltan el polen para que este se meta en los conos femeninos y así se fecunden y posteriormente se reproduzcan.

Pérez de la Rosa señala que aunque las coníferas son plantas primitivas, los helechos, musgos y algas son aún más primitivos en su reproducción. Respecto a su uso, menciona que estos tipos de árboles son utilizados para producir papel: “Hay que estudiarlos, comprenderlos, protegerlos y fomentarlos si es que queremos mucho papel, pero en plantaciones, no en bosques naturales”.

Aunque el doctor reconoce que está cerca su jubilación, señala que sus objetivos serán seguir escribiendo sobre las coníferas mexicanas y sus experiencias con la esperanza de que sus vivencias sirvan de ejemplo para otros botánicos o estudiantes, pero también plantea la idea de sembrar plantas que sean difíciles de cultivar.

Jorge Alberto recuerda con cariño a la maestra Villarreal de Puga, su “mamá académica”, como solía decirle. En su oficina muestra con orgullo el retrato junto a ella y no para de agradecerle el amor que le inculcó por las plantas.

arroba14010contacto 1 Doctor Jorge Alberto Pérez de la Rosa
Herbario IBUG del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, UdeG

 corrico dos      Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

image icon01Descargar fotografías.

pdf iconVer texto en pdf.

 

Licencia de Creative Commons
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.



Agencia Informativa Conacyt

Algunos derechos reservados 2015 ®
Ciencia MX
Conoce nuestras políticas de privacidad
logotipo

México, CDMX


 

Search Mobile