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Curiosidad y altruismo, pilares de la formación científica

Por Carmen Báez

México, DF. 29 de julio de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Con la curiosidad y el sentido altruista que la caracterizan, de niña Blanca Estela del Río Navarro quería encontrar las causas por las que su hermano, cinco años mayor que ella, padecía diabetes mellitus tipo 1, una enfermedad crónica ampliamente extendida entre la población infantojuvenil.

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Con esa motivación, la doctora en Alergología, originaria del Distrito Federal, enfocó sus esfuerzos en los estudios, desde la educación básica hasta el nivel superior, para convertirse en una reconocida investigadora mexicana. Una vez que ingresó a la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional (IPN), su constancia no cesó.

“Por un lado, siempre fui muy curiosa; si algo pasaba quería estudiar por qué, y por otro, de niña quise ser la mejor alumna y doctora para saber por qué mi hermano se la pasaba todo el tiempo en el Hospital Infantil de México; quería ayudarlo, siempre me ha gustado ayudar a las personas”, comenta.

A pesar de desarrollarse en una época en donde la presencia de las mujeres en la universidad aún era limitada, asegura que por su constancia, altas calificaciones y reconocimientos en la escuela, siempre contó con el apoyo motivacional y económico de su padre. Gracias a ello, nunca tuvo dificultades en su formación profesional.

blanca estela del rio navarroLa hoy coordinadora de la Clínica de Obesidad Mórbida del Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG) recibió en meses recientes el Premio Anual de Investigación Pediátrica Aarón Sáenz, en la categoría Biomédica. Esto por su trabajo Contribución de las variantes genéticas comunes a la obesidad y los rasgos relacionados con la obesidad en niños y adultos mexicanos.

La también miembro de la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM) fue galardonada con el premio que se otorga en el área Clínico-epidemiológica, por el proyecto Exposición a ozono, consumo de vitamina C y susceptibilidad genética de niños asmáticos en la Ciudad de México.

Dichos reconocimientos, de cierta forma, responden a los deseos que se gestaron durante su infancia. Del Río Navarro recuerda que su familia, originaria del estado de Michoacán, siempre la motivó y animó a seguir adelante.

La también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con el nivel II asegura que su posterior interés por el estudio de la obesidad y su relación con asma nació, en primer lugar, por la creciente incidencia de obesidad infantil y su asociación con enfermedades respiratorias en el mundo. Y otro factor que influyó fue el apoyo de su esposo, investigador inmunólogo, autor de un gran número de publicaciones sobre obesidad en adultos.

Con la curiosidad que la representa, dice, comenzó a investigar para observar las causas de los problemas respiratorios.

“Tenemos más del 10 por ciento de población con asma y más del 30 por ciento con rinitis, inflamación de la mucosa de las fosas nasales y dermatitis atópica. Dentro de las causas se había visto que la obesidad es un factor para la aparición de problemas respiratorios. Después se vio que la obesidad es un problema mundial y los casos con asma se incrementaban a la par, por lo que empecé a estudiar su relación”, relata.

El Hospital Infantil de México, su hogar

La doctora, quien se describe como una persona alegre, asegura sentirse afortunada de trabajar en el HIMFG, una de las 12 instituciones de alta especialidad de salud que hay en el país.

“En cuanto a la especialidad de alergias, el hospital está al nivel de aquellos que se encuentran en Estados Unidos y Europa. Es la alma mater de la pediatría en México, y estoy convencida de que es uno de los mejores hospitales de América Latina en esta materia”, comenta orgullosa.

La también jefa del Departamento de Alergias del HIMFG se ganó un lugar en la institución al ser la primera doctora del hospital que está especializada en Alergia e Inmunología Clínica. nino hospital infantil blanca navarroDesde hace más de tres décadas ha dedicado su esfuerzo en ayudar no solamente a niños que necesitan asistencia médica, sino también a las madres preocupadas por sus hijos.

“La mayor satisfacción es cuando podemos curar o controlar la enfermedad de los niños a través de un tratamiento adecuado. Las madres llegan desesperadas y nosotros podemos ayudarles, hablar con ellas y tranquilizarlas, porque nos contagian la angustia. Al final, se marchan contentas”, manifiesta Del Río Navarro, quien en sus tiempos libres practica la natación.

Una de sus mayores satisfacciones profesionales ha sido formar parte de un gran equipo de colaboradores, que hizo posible la publicación especializada sobre el análisis de las variantes genéticas relacionadas con la obesidad en la población mexicana, la cual tuvo un gran impacto en el ámbito científico.

“Existen más de 127 variantes genéticas relacionados con la obesidad; en Europa y Asía ya se habían estudiado, y nosotros queríamos replicar estos estudios en nuestra población para determinar las características genéticas asociadas con esta patología. Era importante conocer si teníamos las mismas características”, explica al respecto.

La investigadora –y única médica de su familia– divide sus tiempos entre la asistencia, la investigación y la docencia; en esta última ha incidido en la formación de alrededor de 50 médicos especialistas.

“Tener residentes todos los días con quienes se discuten casos clínicos y se dan opiniones, aunado a las sesiones que tenemos con los pacientes, me mantiene al día en el tema y en la investigación”, añade.

La vida de esta científica, como la de cualquier otra persona, ha estado marcada por alegrías y sinsabores; actualmente forma una familia con su esposo y sus dos hijos varones, quienes han sido comprensivos en cuanto al tiempo y cuidado que la especialista dedica a su trabajo.

“Si el día tuviera más horas me la pasaría trabajando. Me ha ido bien porque insisto en mi labor, algunos dicen que soy una workaholic. Si tengo la fuerza y el espíritu para hacerlo, creo que puedo desempeñarme bien, siempre dando lo mejor de mí", concluye.

La doctora Blanca Estela del Río Navarro asegura que aún falta camino por recorrer para cumplir sus mayores metas, encaminadas en dejar un aporte trascendente en su carrera que ayude en materia de docencia e investigación en México.

 

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