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Eduardo Garza, en busca de marcadores biológicos en la adicción a drogas


Por Carmen Báez

Ciudad de México. 6 de noviembre de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- En el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM), Eduardo Adrián Garza Villarreal, doctor en neurociencias por la Universidad de Aarhus, Dinamarca, encontró el lugar propicio para realizar investigación aplicada a la clínica. Sus investigaciones en el campo de las adicciones han comenzado a cosechar frutos.

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A principios del mes de octubre, el doctor en neurociencias Eduardo Adrián Garza Villarreal recibió el Premio Ramón de la Fuente Muñiz, galardón que tiene como pretexto estimular a investigadores menores de 40 años con una sólida formación en el campo de la psiquiatría y la salud mental. El reconocimiento es otorgado por la Fundación Ramón de la Fuente Muñiz, el Instituto Nacional de Psiquiatría y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Desde hace varios años, Garza Villarreal, investigador en la Subdirección de Investigaciones Clínicas del INPRFM, trabaja en la búsqueda de biomarcadores de adicciones. Actualmente realiza un ensayo clínico de estimulación magnética transcraneal a consumidores de sustancias que, aunado a un tratamiento, disminuye su necesidad de utilizar drogas. En esta búsqueda, el científico realiza estudios de neuroimagen, técnica con la que es posible obtener información sobre el cerebro de forma no invasiva.

Originario de Nuevo León (29 de enero de 1982), Garza Villarreal creció en el seno de una familia de clase media y se formó en la educación pública desde primaria a nivel doctoral. Estudió medicina en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), donde también tuvo la oportunidad de buscar una beca para realizar una estancia de seis meses como asistente de investigación en la Universidad de Aarhus en Dinamarca.

“Realicé mi servicio social en el pueblo de Lampazos de Naranjo, Nuevo León, por seis meses. Después se me dio la oportunidad de realizar el servicio en el Departamento de Reumatología Pediátrica en la Facultad de Medicina de la UANL. Ahí comencé a fondo con la investigación con la doctora Nadina Eugenia Rubio Pérez. Mi primer proyecto fue de fase clínica en pacientes con artritis reumatoide juvenil, y al terminar mi servicio social la doctora Rubio me dijo que había un convenio en Dinamarca para realizar una estancia de seis meses como asistente de investigación”, comparte.

1 fraseeduardo0311Seleccionado para participar en el programa danés, Garza Villarreal realizó investigación con Peter Vuust. Más adelante fue invitado a incorporarse al programa de doctorado en neurociencias de la universidad antes mencionada. Ahí comenzó a estudiar la percepción de la música con el dolor.

Música para el dolor

Ya en sus estudios de posdoctorado, que realizó en la Universidad de Aarhus con una estancia en la UNAM, el doctor Garza Villarreal inició una línea de investigación en música y cerebro, enfocado en pacientes con dolor crónico, específicamente con fibromialgia.

“De los estudios vimos que la música disminuye el dolor agudo y crónico. Solo parte de ese efecto es placebo, lo cual nos dice que probablemente hay un efecto del placer que sentimos al escuchar la música y la distracción que nos provee y el efecto analgésico es aquello que sentimos por la música”, explica.

La idea principal de estos estudios es observar si la música tiene efecto en la clínica. A través de estudios de metaanálisis, el doctor Garza Villarreal observó la funcionalidad de esta con los pacientes, tipos de dolor crónico en los que ejerce efectos —cáncer, fibromialgia, neuropatía—, así como la música que debe emplearse. Lo anterior podría generar la evidencia para incorporar escuchar música en la medicina, por ejemplo, como un coadyuvante a una terapia farmacológica para aliviar el dolor. En palabras del doctor Garza, se trata de uno de los pocos estudios en la materia que se realizan en el mundo.

“Los estudios nos dicen que la música tiene un efecto benéfico para los pacientes y la mejor música es aquella que escoge el paciente, placentera y relajante. Para medir el dolor, las personas te dicen cuánto dolor tienen y esto puede pensarse subjetivo, pero con la resonancia magnética es posible, de alguna manera, ser objetivos. Con la resonancia vemos que hay una relación de la disminución del dolor con la conectividad en ciertas áreas que disminuye o aumenta el dolor en pacientes con fibromialgia. Entonces es un efecto biológico que probablemente usa las mismas vías y mecanismos que otros tipos de analgesia”, comparte.

Repatriación y cátedras Conacyt

Aunque en Dinamarca no faltaron ofertas de trabajo, Eduardo Garza decidió regresar a México para realizar investigación en su país natal, aunque reconoce que otro factor importante en su regreso fue la familia y el deseo de formar un hogar con su esposa.

En este deseo de regresar a México, Garza Villarreal reconoce que el programa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) Repatriaciones y Retenciones le dio la oportunidad de incorporarse a instituciones mexicanas para realizar investigación, primero en la UANL y luego en el INPRFM.

Investigación en la adicción a drogas

Más adelante, con el programa Cátedras de Conacyt se incorporó a la plantilla de investigadores del INPRFM, donde actualmente lleva a cabo estudios en personas con adicción a cocaína, la segunda droga de más uso en México después de la marihuana. A través de técnicas como la resonancia magnética, estudia las características del cerebro de personas adictas, desde el punto de vista anatómico y funcional.

1 Eduardo A Garza 0611Respecto a su interés por el estudio de las adicciones, este deriva de un problema personal: su adicción por la nicotina. “No sabía el grado del problema que provoca una adicción hasta que la tuve, en ese sentido fue mi adicción al cigarro. Me fue muy difícil dejarlo. La adicción nos hace sacrificar cosas como el dinero para obtener la droga”, recuerda.

Actualmente, libre de esa adicción, el doctor Garza Villarreal realiza otros proyectos para conocer por qué, a nivel neurobiológico, las personas son adictas. “En estudios con animales sabemos qué sucede, nos dan una idea de por qué algunas sustancias son más atractivas y generan un compulsión para seguir tomándolas a pesar de sus efectos negativos, pero no tenemos toda la información, aún falta mucho trabajo”, comenta.

Otro de los proyectos a cargo del doctor Eduardo Adrián Garza es el uso de la estimulación magnética transcraneal como tratamiento en pacientes con adicción al crack, la forma más dañina de la cocaína. “Quisiéramos saber si funciona y cuál podría ser el tratamiento adecuado con este aparato. Particularmente me interesa saber qué está cambiando en el cerebro de los pacientes que mejoran. Todavía no sabemos si este aparato podría funcionar porque son ensayos clínicos; sin embargo, los resultados preliminares arrojan que sí funciona”, expresa.

Familia y pasatiempos

Además de la investigación, el doctor Eduardo Adrián Garza Villarreal aprovecha cada momento que tiene disponible para pasar tiempo con su familia. Se considera una persona con cierta fascinación por la música, la ciencia ficción y los cómics. Su simpatía por estos últimos deriva de la adolescencia, época en la que comenzó a escribir y dibujar historietas. El doctor en neurociencias reconoce que fue esta afición la que lo condujo al estudio de la medicina.

“Trabajé en eso por muchos años como freelance en colaboración con amigos, hasta que entré a la licenciatura de medicina. Hoy la mayoría de mis amigos trabaja en compañías como Marvel o DC Comics. Cuando dibujas y quieres hacer cosas realistas tienes que ver libros de anatomía, así comencé a tomarle el gusto al conocimiento médico y de ahí se me ocurrió que era algo que quería hacer, entonces apliqué para medicina”, comenta.

Por último, el investigador expresa su gratitud a quienes lo han acompañado en el transcurso de su crecimiento como científico. “Mi carrera se forja con la gente que está conmigo. Soy científico por mis papás, y ahora mantengo el nivel por mi esposa, la persona con quien puedo compartir ideas. Uno no se forja solo, el trabajo científico es como una empresa, tenemos gente que nos apoya en esto y la colaboración es la base de lo que hago en la ciencia”, concluye.

 

 

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