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Teresa Hernández Sotomayor: vocación por la bioquímica

Por Marytere Narváez

Mérida, Yucatán. 22 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Para Teresa Hernández Sotomayor, investigadora del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), el interés en la ciencia existió desde su niñez. “Fui criada por mi abuela, vengo de una familia matriarcal en la que jugábamos mucho a la cocinita, donde más que sentirme como ama de casa, yo me veía como que estaba experimentando y ahí nació mi interés de saber cómo están hechas las cosas”.

800x300 bioquimica 16 3Entrevistada por la Agencia Informativa Conacyt en el marco del Seminario Permanente de Filosofía de la Ciencia del CICY, la investigadora señaló que lo que más le apasiona de la ciencia es entender cómo las células responden al medio externo. “Si nosotros entendemos eso de todos los seres vivos, vamos a tener una visión muy grande de enfermedades, podemos diseñar fármacos dirigidos, diseñar estrategias de cultivo para que sean resistentes a ciertos patógenos, etcétera”.

Cuando estudió química en la preparatoria, la investigadora pensó que esta era la ciencia más maravillosa. “Yo quiero hacer investigación, quiero trabajar en bioquímica y no sé si mis aportaciones a nivel científico lleguen a cambiar algo en el mundo, pero sí quiero hacer una diferencia con los estudiantes, pues creo que mi función principal a nivel social es, al menos, con los estudiantes que tenemos”, expresó.

Reconoció haber tenido la ventaja de que en su familia había una amiga química que la llevó a conocer diferentes laboratorios de investigación. “Mi primera experiencia fue en el Instituto de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde prácticamente no había más que un par mujeres, pero me aceptaron en un laboratorio y de ahí nació mi interés por la ciencia”.

Teresa Hernandez Sotomayor 3Hernández Sotomayor estudió la carrera de químico farmacéutico biólogo en la UNAM, donde conoció al profesor Adolfo García Sáenz, investigador emérito del SNI, quien regresaba de Estados Unidos y tenía la visión de combinar la bioquímica con una farmacología más dinámica. “Su disciplina, su amor por la ciencia y la manera en la que veía las cosas fue lo que hizo que yo me quedase a estudiar con él la maestría y el doctorado, pues fue quien marcó en mi carrera cómo ver la ciencia”, expresó la investigadora.

Durante la maestría y el doctorado en investigación biomédica básica relata haber trabajado de manera intensa en el estudio de líneas de carcinomas de piel. “Desde que salí de casa quería estudiar en Estados Unidos y aprender inglés, pero me casé y tuve a mi primera hija, lo que me hizo pensarlo dos veces”, señaló.

Sin embargo, decidió viajar finalmente a dicho país para estudiar el posdoctorado y permaneció ahí durante cuatro años, donde recibió del profesor Graham Carpenter la visión de transmitir la ciencia más allá del laboratorio aislado hacia otras generaciones. A su regreso, mientras buscaba lugares más tranquilos para vivir que la Ciudad de México, fue invitada a integrarse al CICY. “Mi primera respuesta fue que yo no sabía nada de plantas, vengo formada en animales, en investigación biomédica, pero era un reto y lo acepté. Ahora llevo 23 años trabajando como investigadora en esta institución en el área de bioquímica y biología molecular”, apuntó.

Investigaciones en cafeto y chile habanero

Hernández Sotomayor señala estar interesada en entender cómo las plantas responden a las adversidades del medio externo. “Al no poderse mover y estar ahí en el lugar donde están sus raíces, han tenido que desarrollar mecanismos de adaptación ante condiciones extremas, por lo que mi interés es entender los procesos bioquímicos y moleculares que tienen las plantas para adaptarse a estos cambios”.

En el chile habanero el equipo de investigación del CICY estudia un patógeno que devasta las plantaciones, y la misión de la investigadora es lograr entender cómo ese patógeno afecta la planta para proponer herramientas que ayuden a sobrellevar su ataque y tener un mejor rendimiento del cultivo, de importancia comercial en Yucatán. Actualmente, el proyecto cuenta con el apoyo de Fronteras de la Ciencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

habanero chile 16Además de esto, desde hace 18 años la investigadora estudia el aluminio, metal que el hombre ha sobreexplotado a tal grado que ha conllevado efectos nocivos en todos los seres vivos, pero particularmente en las plantas.

“Todo empezó porque cuando llegué aquí estaba buscando una condición extrema que me permitiera estudiar en lo que me había especializado, que era entender cómo las células responden al medio externo. Una chica de maestría muy brillante me hizo ver que el aluminio es un metal en la corteza terrestre que, al ser sobreexplotado por el hombre, ha provocado que ya no esté en la forma química que está en la corteza, sino en una forma química que puede entrar en un ciclo biológico en los seres vivos”, apuntó.

Hernández Sotomayor ha estudiado este efecto en el cafeto, la planta de la que proviene el café. Según explica la investigadora, el aluminio es nocivo para las plantas porque reduce el tamaño de su raíz, provocando que su producción se vea disminuida también. A lo largo del proyecto, se han encontrando algunos elementos que pueden revertir la toxicidad del metal en las plantas, y continúan estudiando con el fin de generar en el futuro una propuesta para obtener plantas de cafeto resistentes al aluminio, por medio de métodos naturales.

“El problema del aluminio no es solo que reduzca el rendimiento de la planta, sino que también puede llegar al café que nosotros bebemos y en el ser humano tiene otros efectos. Hay muchos grupos que han realizado estudios donde se ha visto que puede actuar como una neurotoxina y que puede favorecer enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson”, agregó.

En el laboratorio del CICY realizan este proyecto de manera integral, tanto en el nivel de la planta, de los suelos cafetaleros e incluso de las bebidas. Para la investigadora es importante que las personas conozcan el peligro del aluminio y que no usen muchos productos que lo contengan.

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