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Investigación y tecnología para el desarrollo social

Por Israel Pérez Valencia

Santiago de Querétaro, Querétaro. 22 de enero de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Desde 2013, la Fundación Ercus ha enfocado sus esfuerzos para identificar tecnologías en universidades y centros de investigación, con el fin de impulsar proyectos innovadores para que lleguen a un escalamiento comercial que beneficie no solo a estas instituciones, sino también a la sociedad.

800x300 desarrollo empresarialEn entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el director de la Fundación Ercus, Enrique Martínez, explicó que esta iniciativa nació a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) bajo el Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) y, desde entonces, la labor de esta organización ha sido promover la explotación comercial de las tecnologías generadas en el sector educativo y de investigación, además de compartir los proyectos que actualmente se están desarrollando y que incluso son considerados casos de éxito a nivel nacional.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cuáles son los proyectos que actualmente está desarrollando la Fundación Ercus?

Inv desarrollo empresarial 1Enrique Martínez (EM): Actualmente estamos trabajando con unas doctoras del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que descubrieron un proceso para obtener aceite extra virgen y pasta de aguacate (Persea americana) para deshidratar. En nuestro país se desperdician anualmente 750 mil toneladas de aguacate por su rápida maduración y porque no hay un mercado para todos los que no cumplen con las exigencias de exportación. La tecnología de estas investigadoras se hizo a nivel laboratorio, se trata de un mecanismo basado en microondas, con lo que demostraron que se podía obtener, por un lado, aceite y, por otro, la pasta.

Sin embargo, ellas son investigadoras y no tenían la visión de llevar su innovación al mercado, por lo que el empresario con quien nosotros colaboramos, dueño de la empresa Grupo Ercus, Alejandro España de la Cuesta, buscó la explotación de esa tecnología. Se hizo un convenio con el IPN, se transfirió la tecnología y se solicitó un apoyo a Conacyt para instalar una planta piloto, a través del Fondo de Innovación Tecnológica (FIT), lo que nos permitió demostrar la funcionalidad del proceso.

Al probar su funcionamiento, el siguiente paso fue escalar a una planta más grande, por lo que solicitamos recursos a la Secretaría de Economía y al Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), que nos otorgó un apoyo. En un año logramos demostrar que se podía escalar y, una vez que empezamos a producir, vimos que había un mercado potencial muy prometedor, a tal grado que el siguiente proyecto que presentaremos al FIT de Conacyt será para desarrollar cuatro productos a partir de esas dos materias primas, que ya son innovadoras porque el aceite de aguacate como tal quizá ya existe en el mercado, pero no con las características del nuestro.

AIC: ¿Por qué impulsar particularmente el aguacate?

EM: El aceite de aguacate tiene omega 3, 6 y 9, resiste temperaturas de hasta 200 centígrados antes de degradarse, es mejor que el aceite de oliva; sin embargo, es un mercado que apenas se está desarrollando y muchos no pagarían el precio de lo que realmente vale este aceite. La opción que vimos fue explorar otros mercados, principalmente en Estados Unidos, por ello, presentamos al FIT de Conacyt un proyecto para desarrollar cuatro productos: un aceite extra virgen, otro con especias, un aceite gourmet especial y la pasta deshidratada para hacer guacamole en polvo, al que solamente tienes que ponerle agua para hidratarlo.

Cabe destacar que por este proyecto fuimos reconocidos como caso de éxito por la Secretaría de Economía y el Conacyt. Hemos participado en varias exposiciones y vemos un potencial enorme por la cantidad de aguacate que hay en México, que es uno de los productores más importantes del mundo; tenemos la materia prima, pero la tecnología es insuficiente para procesar las toneladas que se desperdician. No obstante, el punto es que ya logramos que la tecnología se puede escalar y que hay un mercado, simplemente tenemos que aterrizarlo en productos más específicos, que es lo que estamos haciendo en este momento con el apoyo de Conacyt.

AIC: ¿Cuál sería la siguiente etapa en el desarrollo de este proyecto?

EM: En este momento estamos utilizando la pasta, pero no aprovechamos el hueso y la cáscara, por ello estamos trabajando en un proyecto con la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) para obtener aceite del hueso de aguacate; ellos están desarrollando un equipo con el cual vamos a poder obtener el aceite que, hay que decirlo, tiene muchas propiedades para reducir el colesterol y triglicéridos y promueve la regeneración de hígado. En lo que se refiere a la cáscara del aguacate, se ha descubierto en investigaciones que se puede obtener clorofila y puede ser un insumo para alimento de ganado si se muele.

AIC: ¿Cómo se impulsa la transferencia de la tecnología para promover estos proyectos?

EM: Una cosa es que se promueva la creación de prototipos y otra es su escalamiento. La planta piloto es un prototipo que se debe de escalar y, aunque hayas logrado los estándares, implica otros niveles. La planta piloto produce 300 litros diarios de aceite, cuando nuestro mercado demanda producir dos mil, lo que significa también nuevos estándares de temperatura, presión, viscosidad y otros elementos del producto que se deben documentar para que la tecnología realmente se pueda replicar en cualquier parte.

aguacate 2016 01 2Otro punto importante de la fundación es que todos nuestros proyectos deben tener un carácter social; nosotros no compraremos el aguacate a los grandes exportadores, sino a aquellos productores que no tienen cómo vender su producto, y es que, como no hay un mercado que les compré su aguacate al precio justo, prefieren dejar que se pudra. Ellos son los principales clientes para nosotros, les compraremos la fruta a un precio por arriba del mercado e incluso los invitaremos a que comercialicen nuestro aceite, la pasta, que hagan salsas, en fin, que sean partícipes de un esquema no solo como proveedores sino que vean el potencial de negocio que pueden tener ellos si se dedican también a la comercialización de nuestros productos.

Estamos convencidos que el aguacate tiene un mercado potencial en productos no perecederos, como el aceite o la pasta deshidratada; si lo enviamos, por ejemplo a China ¿cuánto tardaría en llegar? Es un producto difícil de exportar a mercados lejanos. Con nuestro proceso se puede mandar a cualquier parte del mundo sin problema de vida de anaquel o descomposición. Además, el valor es mayor cuando se involucran tecnologías que hacen de tu producto una innovación, en el sentido de que no existe algo similar; muchos de los aceites que hemos encontrado en el mercado están rebajados y tienen procesos químicos que no dan la calidad que significa un aceite extra virgen.

AIC: ¿Cuáles son los proyectos a futuro que contempla la Fundación Ercus bajo esta línea de transferencia y comercialización de la tecnología?

EM: Siguiendo esta línea, la fundación está desarrollando un proyecto para deshidratar frutas y legumbres partiendo de otro dato: 60 por ciento de los alimentos que se producen en todo el mundo se desperdicia. Estamos trabajando con apoyo del Conacyt para desarrollar tecnologías que nos permitan deshidratar frutas y legumbres, hacer extractos para obtener esencias, es decir, todo eso que se desperdicia porque se descompone, darle un tratamiento que tenga una vida de anaquel, sin perder sus propiedades. Estamos probando con manzana, piña, mango, naranja, papaya, brócoli, zanahoria, todo lo que tenga agua y se pueda deshidratar.

 

 

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