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Material biodegradable para sustituir bolsas de plástico


Por Israel Pérez Valencia

Santiago de Querétaro, Querétaro. 23 de abril de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Estudiantes de la carrera de ingeniería en biotecnología de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) diseñaron un biopolímero con base en subproductos de la agroindustria para la fabricación de bolsas de plástico degradables.

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El proyecto es liderado por la estudiante de ingeniería en biotecnología Mónica Citlali García García, quien aseguró que el objetivo fue ofrecer una alternativa sustentable ante la problemática ecológica que generan las bolsas de plástico desechables —elaboradas con polietileno de alta densidad— en el medio ambiente, así como la reciente creación del Reglamento de Protección Ambiental y Cambio Climático del Municipio de Querétaro, que restringe a centros comerciales y tiendas de conveniencia el otorgamiento de estas bolsas a sus clientes.

“Queremos fabricar una bolsa que asemeje las características que tienen los plásticos en cuanto a propiedades mecánicas y resistencia, donde además se reduzca su tiempo de degradación. El plus de nuestro proyecto es que, por los materiales que utilizamos para su elaboración, nuestra bolsa podría ser hasta comestible, es decir, si llega a los basureros o incluso al mar, los animales pueden comerla y no resultarles tóxica”.

 

 

 

 

 

 


De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el promedio de uso de bolsas de plástico es de 200 por persona al año. Detalla que al ser desechables se les da en principio un solo uso, lo que aunado a una incorrecta disposición final produce taponamiento de drenajes y alcantarillas; contaminación visual e impactos ambientales, principalmente en los ecosistemas acuáticos, como la fotodegradación, asfixia y la inanición en animales, además de que se convierten en sitios ideales para la reproducción de mosquitos portadores de malaria, chikungunya y otros virus.

Detalló que el insumo principal del proyecto son residuos de la industria agroalimentaria, particularmente el olote del maíz (Zea mays), es decir, la parte central de la mazorca, de la que se obtiene un biopolímero de celulosa que es combinado con otros compuestos.

“El prototipo que estamos trabajando cuenta con las propiedades mecánicas de las bolsas de polietileno de alta densidad. Supimos de la disposición de las bolsas de plástico por parte de las autoridades municipales, por lo que hicimos un equipo de trabajo con varios compañeros de la carrera con el propósito de llevar nuestros conocimientos a algo que pudiera apoyar al medio ambiente”.

Al respecto, la profesora investigadora de la Facultad de Química, Monserrat Escamilla García, quien es asesora del proyecto, destacó que parte de esta investigación se basa en el trabajo realizado por la Universidad Autónoma de Querétaro en lo que se refiere a recubrimientos naturales —o biopelículas— para la conservación de alimentos.

“Mi labor se enfoca en orientar a los estudiantes sobre las propiedades de las proteínas, carbohidratos y su papel en las características del material que ellos pretenden obtener. Algo que hay que reconocer es que los estudiantes buscan que la elaboración del material sea de bajo costo, por eso han buscado a la industria agroalimentaria para que les den sus desechos, en este caso el olote, y puedan trabajar en la extracción de los compuestos que requieren para su proyecto”.

El estudiante de ingeniería en biotecnología de la UAQ, Luis Felipe Delgado Sánchez, aseguró que este proyecto fue presentado para competir en el Premio Santander a la Innovación Empresarial 2018 bajo el nombre de Boltsiri.

“Se llama así porque tsiri significa ‘maíz’ en lengua purépecha; nos pareció interesante combinar elementos de la cultura mexicana en un concepto actual que son las bolsas de plástico. Estamos buscando recursos para poder producirla a una escala menor, en una primera etapa, por eso estamos participando en el premio Santander. Con la tecnología existente se pueden fabricar, solo se necesita estandarizar y normalizar el método para que todas las bolsas sean exactamente iguales y tengan las mismas propiedades o capacidades. Para eso se requiere un estudio posterior y el esfuerzo en conjunto de todos nosotros”.

En el equipo que desarrolla este proyecto participan, además, los estudiantes de ingeniería en biotecnología Raquel Adriana Ríos Romo, Diego Alberto Cárdenas Ramírez, José Roberto Chiapa Gayosso, María José Rodríguez Hernández, Itzel Solís Godoy, Hugo Eduardo Ontiveros Ledezma, Armando Melgarejo Mancilla, Manuel David Vaca Tello y Manuel Bermejo Chávez.

arroba14010contacto 1 Mónica Citlali García García
Estudiante de la carrera de ingeniería en biotecnología
Facultad de Química, UAQ

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