Mito: Hay partes de la lengua especializadas en diferenciar sabores

Por Janet Cacelín

Muchos de nosotros aprendimos a través de un mapa con distintos colores que la lengua humana está dividida en cuatro zonas específicas capaces de diferenciar el sabor dulce, el amargo, salado y ácido. Sin embargo, aunque ese mapa está plasmado en diversos libros, la teoría fue refutada hace más de 40 años.

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En 1901, el científico David P. Hanig, comenzó a medir la sensibilidad relativa de la basándose en las apreciaciones subjetivas de voluntarios. Tras las experimentaciones concluyó que la sensibilidad a los cuatro sabores variaba según qué partes de la lengua eran estimuladas.

Se suponía que el sabor dulce era percibido en la punta de la lengua, el salado en los lados de la lengua, el ácido se encontraba a ambos lados de la lengua en una zona más posterior, y el amargo estaba en la zona central posterior.

De acuerdo con la revista científica Nature, fue hasta 1974 cuando, tras revisar las investigaciones de Hanig, la doctora estadounidense Virginia Collings coincidió en que existían variaciones en la sensibilidad en las diferentes partes de la lengua, pero eran pequeñas y poco significantes. Concluyó que todos los sabores podrían ser detectados en cualquier parte donde existieran receptores del gusto.

FUENTE: NATURE

 

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