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Hacer ciencia, deseo de los niños en el Inecol

Por Ana Luisa Guerrero

Xalapa, Veracruz. 2 de junio de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- La curiosidad y ganas de aprender son inherentes de la niñez. Conocer los gustos de las moscas de la fruta, por qué las plantas tienen su característico color verde o cómo se desarrollan las peleas entre escarabajos por la hembra y la comida, fueron algunas de las líneas de investigación que realizaron 104 niños de Veracruz como parte del proyecto Fomento al Interés por la Carrera Científica y Tecnológica en Niños y Jóvenes 2015.

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Entusiasmados por la experiencia inolvidable que vivieron durante tres días en el Instituto de Ecología (Inecol), alumnos de primaria, secundaria y bachillerato descubrieron sus deseos por dedicarse a la ciencia.

Como profesionales portando bata blanca y haciendo uso de los conocimientos adquiridos, expusieron ante un auditorio de más de mil personas en el Teatro del Estado, en Xalapa, los proyectos que ejecutaron. Dieron a conocer sus hipótesis, proceso de trabajo y resultados que obtuvieron con la asesoría de investigadores del Inecol, que pertenece al Sistema de Centros Públicos de Investigación del Consejo de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Sonrisas imposibles de disimular, pese a los nervios que los invadían, fueron la constante en los rostros de estos estudiantes, que descubrieron que la ciencia es todo lo contrario a una disciplina aburrida. Algunos de ellos compartieron con la Agencia Informativa Conacyt el grato sabor de boca que se llevan a casa y a sus escuelas, donde compartirán lo aprendido.

inecol4La ciencia es divertida

Para Jesús Manuel Nápoles Ramírez, del Instituto Educativo Xalapeño, y Guillermo Roldán Chimal, de la Secundaria Técnica Morelos, la experiencia fue reveladora porque constataron que la ciencia es divertida.

Al trabajar con raíces de árboles y plantas en el descubrimiento de parásitos, "pudimos conocer cómo trabajan los científicos y nos dimos cuenta que es muy divertida la ciencia", manifestó José Manuel.

Este chico de mente vivaz se dijo seguro de querer estudiar ciencia, cambiando un poco su visión anterior de dirigirse al campo de la agronomía. En tanto que Guillermo disfrutó la experiencia y está en la disyuntiva de elegir entre biónica y robótica.

“Les recomendamos a los niños que traten de sacar las mejores calificaciones en biología para que puedan tener la experiencia como nosotros y querer ser científicos”, agregaron.

Durante su estancia en Inecol, José Manuel y Guillermo estuvieron dirigidos por Frédérique Reverchon, doctora en Ciencias de la Tierra por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Es la primera vez que participo y fue una experiencia muy grata. Somos centros públicos y es importante que la gente sepa qué se hace en el Inecol”, manifestó la especialista.

Consideró que es muy importante el esfuerzo que la institución realiza pensando en los niños, porque así de fomentará su interés por la ciencia. “Y nos motivamos como investigadores porque tienen un montón de preguntas que nos recuerdan cómo nos emocionábamos nosotros”, refirió.

Vocación por la química

A sus 16 años, Jazmín Contreras López ya se vislumbra como química. Estudia el segundo semestre en el Telebachillerato de Chavarrillo, en el municipio Emiliano Zapata.

inecol5Con la asesoría de la investigadora Nicoletta Righini, desarrolló el proyecto La sabiduría nutricional de una mosca frugífera, convencida de que su futuro campo de acción será la bioquímica.

Esta jovencita muestra la seguridad de un adulto por la fortuna de haber sido seleccionada para ser parte de esta vivencia. “En un principio te imaginas que va a ser difícil, a veces fue un poco tedioso porque las larvas no hacen todo lo que nosotros queremos, fue realmente grato, muy bella esta experiencia”, comentó.

Sin dudarlo, propuso que este programa se extienda a toda la entidad y todo el país, "porque realmente contamos con muy pocos investigadores, y ¿qué va a pasar mañana si nos quedamos así?”, reflexionó.

Al respecto, la investigadora Righini, quien realiza una estancia posdoctoral en el Inecol en materia de ecología nutricional, recalcó la importancia de abrir las puertas de los centros de investigación a toda la población.

"Al ser un instituto que está en una ciudad, es importante que todos los ciudadanos sepan lo que se estudia. Abrir el conocimiento a los estudiantes es de máxima importancia porque vamos a contribuir a su educación", señaló.

En ese sentido, relató la nobleza del proyecto al pensar en los niños y jóvenes quienes, abundó, pueden constatar que la ciencia no es aburrida.

“Ojalá se puedan replicar estos ejercicios en otros centros del Conacyt; es una inversión en cuanto a dinero y tiempo de los investigadores, pero tres días al año no es mucho. En cuanto a dinero, son ayudas que se gastan pero cada uno de los proyectos no necesitan mucha inversión porque las cosas se pueden hacer con el material y la estructura que ya existe. Lo que falta, a veces, son las ganas y las personas que puedan organizarlo”, detalló.

De manera personal, aseguró que es una experiencia gratificante porque les hace ver que la labor realizada puede ser entendida y aplicada por otras personas.

Con este ejercicio, ideado y ejecutado por el doctor Martín Ramón Aluja Schuneman, director del Inecol, cientos de niños veracruzanos tienen la oportunidad de hacer ciencia con sus propias manos.

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