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Defaunación podría provocar el fin de la civilización

Por Verenise Sánchez

defaunacion02México, D.F, a 8 de octubre de 2014 (Agencia Informativa Conacyt).- El mundo enfrenta una de las olas de extinción más grandes y agresivas de todos los tiempos, de acuerdo con el investigador Gerardo Ceballos, coautor del texto Defaunación en el Antropoceno, publicado recientemente en la revista Science Direct.

En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el especialista en conservación de fauna y flora explicó que la Tierra ha tenido cinco olas de extinción masiva de animales, que han causado la pérdida de alrededor de 300 especies de vertebrados en un periodo entre 7 mil y 13 mil años. Sin embargo, en los últimos 500 años la defaunación ha sido más evidente, ya que se han perdido un total de 322 especies de vertebrados terrestres.

El panorama para las especies sobrevivientes tampoco es alentador, pues se ha reducido 25 por ciento la población de vertebrados y 45 por ciento la de invertebrados, explicó el investigador, quien además es uno de los 10 mexicanos pertenecientes a la Academia Estadounidense de Ciencias y Artes (AAAS, por sus siglas en inglés).

Esta situación se ha convertido en una problemática para el entorno natural, porque al perderse una especie también se acaban los servicios ambientales que ésta proporciona, impactando directamente en la calidad de vida del ser humano.

"Los animales en muchas ocasiones son polinizadores o controladores de plagas; si una especie desaparece entonces ya no hay quien haga estas actividades, y para que el ser humano las realice, deberá hacer una fuerte inversión en recursos tecnológicos y económicos, cuando estos servicios se pueden obtener de manera gratuita si se realiza un buen manejo y cuidado de los recursos naturales", señaló Ceballos.

Tan sólo en 2012, la destrucción ambiental, incluida la extinción de flora y fauna, costó a México 6.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicadas en el estudio: Cuentas económicas y ecológicas de México 2012.

El investigador destacó que en las próximas dos décadas, los seres humanos deben realizar acciones contundentes para la conservación de flora y fauna a nivel local y mundial; de lo contrario "estamos en peligro de que se colapse la civilización así como la conocemos", alertó el también miembro Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Acciones locales para problemas mundiales

El especialista indicó que para evitar un colapso mundial, la solución es un conjunto de pequeñas acciones locales que tengan un gran impacto, por lo cual hizo un llamado a sus colegas para que compartan los conocimientos científicos e influyan en el diseño de un plan estratégico que atienda los problemas de conservación del medio ambiente de su localidad o región.

"Como científicos, hay que tratar de incidir más en nuestra sociedad, debemos procurar que la ciencia que hacemos pueda convertirse en innovación o pueda ser la base de una nueva política pública", subrayó.

Reiteró que hoy en día la clase política y los altos funcionarios públicos del país están más receptivos a propuestas científicas bien sustentadas, que impulsen el desarrollo económico y social de México.

"Hay muchos científicos que son muy radicales, dicen que una zona es protegida y nadie puede entrar; pero resulta que en esas zonas viven muchas personas y lo mejor no es sacar a las comunidades, sino explicarles la relevancia que tiene para el país, y para el mundo, la conservación de su territorio, así como capacitarlos para que puedan desarrollar una actividad económica compatible con su entorno", destacó.

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Esto ayudaría a que se reduzcan o eliminen las prácticas económicas ilegales como la tala clandestina, que frenan la conservación de los ecosistemas de flora y fauna que hay en México.

Un ejemplo de esto se llevó a cabo en el Nevado de Toluca, en donde científicos encabezados por el investigador Ceballos diseñaron, junto con las autoridades locales, un programa para que los habitantes de la zona practiquen actividades como la silvicultura o la extracción de miel, sin afectar el medio ambiente.

"Nuestra labor como científicos es diseñar acciones que tengan un gran impacto en la conservación de la biodiversidad, pero que al mismo tiempo mantengan o incrementen la calidad de vida de la comunidad", señaló el investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Gerardo Ceballos concluyó que para evitar que continúe la defaunación, la comunidad científica se debe aliar con los servidores públicos, empresarios y la sociedad en general, para crear estrategias que contribuyan a un desarrollo sustentable.

 

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