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Banco de Germoplasma en Yucatán

Por Marytere Narváez

Mérida, Yucatán. 3 de septiembre de 2015.- El germoplasma puede entenderse como el conjunto de genes que se transmite por reproducción a la descendencia. “Hablando de germoplasma vegetal particularmente, es todo aquel material que nos permite reproducir a un individuo de cualquier especie de planta”, indica la responsable del Banco de germoplasmaGermoplasma del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), María Teresa Pulido Salas.

Ubicado en el Parque Científico y Tecnológico de Yucatán en la Comisaría Municipal Sierra Papacal, el Banco de Germoplasma es único en su tipo en la zona sur-sureste de México, donde se presentan los ecosistemas tropicales.

De acuerdo con la investigadora, el banco tiene como objetivo la conservación de las especies vegetales presentes en el área maya, mismas que están a disposición como material de estudio para investigadores. Con esto, también se busca generar un aporte a la sustentabilidad.

“¿Y qué es la sustentabilidad? Es pensar en las generaciones actuales, pero también en las necesidades de las generaciones futuras y, como todos sabemos, la primera necesidad es la producción de alimentos, por lo que ese sería nuestro objetivo mayor”, apunta.

Desarrollo

maria teresa pulidoMaría Teresa Pulido Salas.En 2009 inició el desarrollo infraestructural con el apoyo del Fondo Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (Fordecyt)  y el Fondo Mixto del Conacyt (Fomix).

El Banco de Germoplasma se inauguró oficialmente en el año 2013, y desde entonces se desarrollan en sus instalaciones diversos proyectos de conservación de especies endémicas y de distintas partes del mundo que, por sus atributos, son consideradas de interés prioritario, como el coco, el amaranto y el ramón. Actualmente se representan 350 especies de plantas vasculares de las dos mil 500 que se calculan en la península, asevera la investigadora.

Asimismo, el Banco de Germoplasma del CICY está integrado al Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico del Estado de Yucatán (Siidetey), y es dirigido por Alfonso Larqué Saavedra, investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

El responsable de las colecciones del Jardín Botánico Ornamental, Sigfredo Escalante Rebolledo, explica que existe un protocolo inicial en cualquier banco de germoplasma para discernir si las semillas se pueden almacenar o no, lo que determina el tipo de conservación necesaria para cada especie.

“Hay tres tipos de semillas: las ortodoxas, aquellas que pueden ser secadas y almacenadas por largos periodos; las recalcitrantes, que no soportan ser secadas; y entre esos dos extremos hay una categoría intermedia, que son aquellas semillas que se pueden secar, pero tienen un tiempo de vida de seis meses a un año”, señala el doctor.

Conservación ex situ

Las semillas ortodoxas se conservan en cuartos fríos fuera de su ambiente natural. El banco cuenta con seis cuartos fríos, de los cuales dos están ocupados. Las semillas se conservan a 4 ºC de temperatura y a menos de 15 por ciento de humedad, afirma la responsable del banco.

“El CICY ha trabajado en proyectos de recopilación de germoplasma por muchos años con alrededor de 30 investigadores, dedicado básicamente a la península de Yucatán, y tenemos alrededor de mil 500 muestras”, comenta Pulido Salas.

banco germoplasma01Uno de los cuartos fríos está dedicado a las variedades de maíz adaptadas en la península, siendo un total de 300 muestras. Entre estas, destacan las semillas llevadas por productores agrícolas del sur de Yucatán para su resguardo.

Además de la labor de conservación de estas muestras, el banco tiene la responsabilidad de pedir autorización a los productores para cualquier uso que se le desee dar, el material está disponible, por ejemplo, para los familiares que deseen volver a sembrarlo.

Estas relaciones con productores están dentro del marco de lo que se conoce como conservación de facto, y es una propuesta surgida durante la década de los noventa que tiene por objetivo promover una conservación dinámica en que se involucra el conocimiento tradicional de productores de comunidades locales e indígenas.

“Nosotros tenemos que ir a aprender de ellos lo que por generaciones han acumulado como conocimiento para desarrollar la producción del alimento. La propuesta es que se trata de una conservación dinámica porque los procesos de acumulación del conocimiento y la adaptación de las variedades es continua”, señala la investigadora.

En el caso de las plantas medicinales, la ciencia sigue una ruta que pasa por la recopilación y documentación del conocimiento popular, la identificación química de activos y las pruebas farmacológicas con distintos organismos que verifican y respaldan este conocimiento, mismo que pasa a formar parte de bases de datos disponibles para su estudio en diversas áreas científicas.

También se encuentra en desarrollo el proyecto de un cuarto frío para la conservación in vitro de aquellas especies que no resisten la conservación en semilla, o bien, especies en peligro de extinción.

Conservación in situ

Según Pulido Salas, las semillas recalcitrantes se conservan en parcelas distribuidas en cinco hectáreas de acuerdo con las colecciones de especies útiles. Estas parcelas se consideran áreas naturales protegidas, en donde se conservan grupos de especies nativas que mantienen interacciones con la fauna local. Mediante este método es posible conservar los organismos, la variación existente y la adaptación continua de poblaciones silvestres que continúan sus procesos evolutivos.

Las colecciones están divididas en plantas recalcitrantes, comestibles, maderables, medicinales, y plantas endémicas y en peligro de extinción.  

“Una de las prioridades de conservación son las plantas endémicas o amenazadas, porque son las que más rápido se están perdiendo”, señala Pulido Salas.

Jardín Botánico Ornamental (JBO)

Con la experiencia de 32 años en el Jardín Botánico Regional del CICY, el JBO inició como un proyecto independiente que se integró al Banco de Germoplasma para formar una Unidad SigfredoEscalanteSigfredo Escalante.de Manejo Ambiental para la conservación de la vida silvestre (UMA). Comparten una base de datos y complementa con dos hectáreas las parcelas del banco.

Su función principal es dar a conocer al público los recursos vegetales de la región, pero también busca la conservación de los recursos de importancia biológica y económica, así como propiciar el desarrollo de investigación y promover la educación ambiental a nivel informal como formación de recursos humanos de alto nivel.

“Este es un jardín botánico con un énfasis ornamental. La intención es representar todas las especies ornamentales que se manejan en la península de Yucatán, tanto las silvestres como las cultivadas; tenemos estimado que hay 250 especies de mucho valor ornamental dentro de la flora de la península y aproximadamente hay otras 300 que no son de aquí pero que se usan como ornamentales”, comenta el doctor Escalante Rebolledo.

El eje conceptual del diseño paisajístico es la “serpiente verde”, desarrollado por Graciela Peraza, especialista en arquitectura del paisaje en Yucatán. El diseño está basado en la cosmogonía maya sobre el tiempo y retoma la figura de la serpiente de las culturas mesoamericanas.

Está construido como un camino en espiral, apenas sinuoso, cuya característica principal es que permite al público observar de manera directa las colecciones de plantas, además de que conduce a sitios de descanso y atracción, con elementos arquitectónicos y museográficos.

El JBO está organizado en dos tipos de colecciones: 21 están clasificadas respecto de las formas de vida, como lo son árboles, arbustos, hierbas y las trepadoras, que a su vez están subdivididas en otros grupos. Nueve colecciones están clasificadas de acuerdo con categorías de uso, como las plantas textiles y las medicinales.

Protocolos

A partir del trabajo desarrollado, el Banco de Germoplasma tiene la labor de establecer lineamientos generales sobre el uso adecuado de las especies conservadas y establecer convenios institucionales en colaboración con un departamento especializado del CICY y con retroalimentación de instituciones que han avanzado en esta materia, como el Banco Nacional de Germoplasma y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt).

La doctora Pulido Salas señala que en el caso de las plantas endémicas del trópico, la temperatura, la humedad, los tiempos de germinación y la asociación con polinizadores son factores importantes para la delimitación de los protocolos de uso y reproducción. La difusión de su utilidad y la caracterización cultural hace de las especies vegetales un patrimonio nacional, así como un valor de identidad a nivel regional.

“El manejo del germoplasma debe tratarse de la manera más cuidadosa posible porque son cosas vivas. Estamos considerando que los recursos naturales de México son parte básica del patrimonio nacional y como responsables de ese patrimonio, debemos tener una higiene muy particular en este tratamiento, determinar qué se puede llevar o traer y bajo qué condiciones es posible la reproducción”, indica la doctora.

Colecciones de plantas en conservación in situ

1. Plantas recalcitrantes: aquellas que tienen periodos de vida cortos y no pueden mantenerse en condiciones de sequedad y baja humedad. Estas semillas tienen gran representación en esta latitud, entre ellas podemos encontrar la amapola o k’uxchè (Pseudobombax ellipticum).

2. Plantas comestibles, como la chaya, el mamey (Pouteria sapota), el chicozapote (Manilkara zapota) y la guanábana (Annona muricata).

3. Plantas maderables: aquellas que pueden usarse para construcción o para leña, como la caoba (Swietenia macrophylla) y el chit (Thrinax radiata), empleado para formar las estructuras de los techos de la casa tradicional maya.

4. Plantas medicinales: forman parte de una colección desarrollada en conjunto con médicos tradicionales e investigadores del CICY, entre las que podemos encontrar el ts’u’ts’uk (Diphysa carthagenensis), el x-k'anán (Hamelia patens) y el sac nikté ch’oom (Plumeria obtusa).

5. Plantas endémicas y en peligro de extinción: como la despeinada (Beaucarnea pliabilis).

 

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