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¿Las sustancias tóxicas nos afectan a todos por igual?

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Por Janet Cacelín

Ciudad de México. 11 de julio de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- En el entorno cotidiano, los seres humanos están expuestos aproximadamente a 50 mil compuestos químicos diferentes, muchos de los cuales en algún momento determinado pueden generar un daño irreversible al organismo.

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Sustancias consideradas peligrosas como el arsénico, plaguicidas, plomo y el dióxido de carbono son algunas de ellas; sin embargo, existen otras con las que interactuamos todos los días y que se ingieren en dosis pequeñas a lo largo de los años sin tener conciencia de las consecuencias.

El doctor Arnulfo Albores Medina, investigador titular en el Departamento de Toxicología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN),  se ha dedicado a estudiar e investigar estos efectos, en especial los que se presentan en los seres humanos debido al tabaquismo.

Por esta razón, para tratar de crear conciencia entre las generaciones jóvenes y no tan jóvenes, realizó una serie de conferencias que llevan por nombre Y… ¿todos los contaminantes nos afectan por igual? y Qué es un tóxico? que forman parte del programa Domingos en la Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias.

En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Arnulfo Albores habla sobre su experiencia durante las conferencias, así como de los últimos estudios que se han hecho en torno al tabaquismo y el presupuesto destinado para conocer mejor sus efectos.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué es un tóxico?

Arnulfo Albores Medina (AAM): Un tóxico es todo tipo de sustancia. No es necesario que sea una sustancia en particular, realmente el número de sustancias en infinito. De hecho, allá por el año 1500 había un químico que se llamaba Paracelso y decía que era la dosis la que definía un tóxico.

En este sentido, desde el agua, el oxígeno, el calcio, el plomo, el arsénico, la nicotina, el dióxido de carbono, todos pueden llegar a causar en algún momento determinado un daño irreversible en los organismos y generar efectos adversos, efectos patológicos que eventualmente pueden conducir a enfermedades e inclusive a la muerte.

AIC: ¿Cómo comenzaron sus conferencias para difundir conocimiento sobre los tóxicos?

AAM: A mí me apasiona mucho el aspecto del tabaquismo, que es una de las principales enfermedades prevenibles. Para México representa una muerte cada minuto.

Existe un libro que se llama The Tobacco Atlas, en donde mencionan que probablemente el tabaquismo haya matado más gente que todas las guerras mundiales juntas, ese es el tamaño del problema que enfrentamos. El tabaquismo le cuesta a nuestro país por ahí de 10 por ciento del presupuesto en salud.

Todo esto me atrae mucho y con las conferencias, de alguna manera, me da la oportunidad de tener contacto con niños que son los que pudieran ser más susceptibles a recibir esta información y de alguna manera tratar de prevenir este tipo de hábitos y evitar que lleguen a tener problemas por la exposición al humo del tabaco.

AIC: ¿Cómo es la dinámica en estos talleres conferencias?

AAM: A estos talleres llegaban papás y niños. Organizábamos competencias porque hay que buscar una forma de mantener su atención.

Al final les hacíamos una prueba de qué tanto habían aprovechado de la plática y era sorprendente ver que los niños respondían bien. También había niños sumamente inquietos y enterados porque hacían preguntas de fondo, muy interesantes.

Menores de seis o siete años que probablemente recogieron esa información de las redes sociales, de los papás, de la escuela y lo integraban en ese momento. Entonces nada hay más satisfactorio que una persona, cualquiera que sea su edad, que comprende el mensaje que uno quiere transmitir y es capaz de usarlo en sus argumentos.

AIC: ¿El objetivo es que las generaciones venideras tomen conciencia sobre los efectos de esta enfermedad?

AAM: Por supuesto, si un niño asimila esto, ya decidirá si se quiere enfermar o no. Creo que la base de la libertad es conocer y ya depende de uno la elección. Si sé que esto me va a causar daño, que es nocivo, que voy a gastar y que mi salud se va a ver deteriorada, yo decido si quiero hacerlo o no.

Ese es el punto, que por lo menos cuenten con la información, que tengan esa baraja del conocimiento en su mazo de cartas para que las puedan seleccionar adecuadamente.

AIC: En 2015 dio también una serie de conferencias titulada Y... ¿todos los contaminantes nos afectan por igual?, ¿qué temática engloba?

AAM: Ese ciclo de conferencias es más general. Tomando el mismo ejemplo del tabaquismo o la exposición a otro tipo de contaminantes, hablo sobre la información genética diferente en cada persona. Habrá personas que manejen estos tóxicos de manera más eficiente, es decir, que puedan eliminarlos de manera más rápida; o quienes los activen endógenamente y transformen sustancias todavía más activas que se unen a las biomoléculas que nos constituyen e impedir su actividad normal.

Arnulfo Albores Medina

*Es investigador titular en el Departamento
de Toxicología, Cinvestav, Unidad Zacatenco.
*Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
(SNI), nivel III desde 2006.
*Doctor en ciencias en toxicología, por la
Universidad de Surrey, en Inglaterra.
*Realizó una estancia posdoctoral en el
Departamento de Patología, en la *Universidad
de Western Ontario, en Canadá.
*Además es miembro de la Sociedad Mexicana
de Toxicología y pertenece a sociedades
internacionales como Society of Toxicology,
en Estados Unidos.

Hay personas que pueden tener cien años y seguir fumando, que no les causó ningún daño porque no tenían la capacidad de activar alguno de los siete mil compuestos que tiene el humo del tabaco y solo se volvió adicto a la nicotina. En cambio, la esposa o esposo de esta persona, depende de su constitución genética, aun sin fumar, por el humo de segunda mano puede llegar a presentar este tipo de consecuencias.

AIC: ¿Qué tan frecuentes son los daños en personas que se exponen al humo de forma indirecta?

AAM: Aproximadamente 20 por ciento de las personas que sufren problemas por la exposición al humo de tabaco es por humo de segunda mano. Por eso se ha prohibido en centros de reunión que la gente esté fumando, porque de alguna manera contaminan a los demás de tóxicos.

Por otro lado, todos hemos entrado a un cuarto donde estuvo un fumador y lo detectamos. Esto es porque hay sustancias químicas que se quedaron impregnadas en las paredes, en los pisos, en las mesas, en el cabello, etcétera. Con el tiempo estas sustancias se pueden transformar porque el aire, la luz ultravioleta, pueden hacer que cambien y resulten en compuestos todavía más tóxicos.

Entonces no es que cuando se apaga el cigarro se acaba la exposición. De hecho, el humo de tercera mano se da cuando el cigarro se apaga.

Estamos en un estudio donde medimos niveles de contaminantes en líquido folicular, que es el líquido donde se encuentra el óvulo en los ovarios femeninos. Ahí hemos encontrado contaminantes, lo que quiere decir que la nicotina, el benzopireno o cualquiera de esos compuestos puede llegar porque es un trasudado de plasma en última instancia, pueden llegar hasta estos líquidos fundamentales para el desarrollo del óvulo. Ya desde entonces la célula está expuesta a este tipo de contaminantes.

AIC: ¿Cuáles han sido los costos económicos de estas enfermedades ocasionadas por tóxicos?

AAM: A la larga, en 20 años, una persona puede haber consumido aproximadamente como siete mil cigarros, lo que representa más o menos unos 350 mil pesos gastados en cigarros en 20 años, de los cuales 180 mil pesos son pagados de impuestos aproximadamente.

Sin embargo, el costo de una enfermedad como un enfisema o un cáncer es muchísimo mayor. Una cama del Seguro Social de medicina intensiva cuesta alrededor de 25 mil a 30 mil pesos por día, solo la cama, lo cual quiere decir que una persona en estado de usar ese tipo de servicios, todo lo que pagó en impuestos le serviría solo para cuatro o cinco días.

A pesar de los esfuerzos que hace la Secretaría de Salud, el conocimiento de muchas situaciones que estamos viviendo debido a los tóxicos, porque son muchísimas, no es muy profundo. Nosotros estamos expuestos aproximadamente al orden de unos 50 mil compuestos químicos diferentes en nuestro entorno que pueden ser desinfectantes, aromatizantes, perfumes, cremas, lápiz labial, aditivos a los alimentos, saborizantes.

Para una persona cualquiera, así sea un científico, tener conocimiento profundo de cada uno de ellos es imposible.

AIC: ¿Qué tanto presupuesto se destina para investigar estos tóxicos?

AAM: Yo he recibido varios apoyos de Conacyt para todo tipo de sustancias y para sustancias incluso emergentes. Recientemente acabo de enviar el informe final de un trabajo que estamos haciendo con nanopartículas, con nanotubos de carbón.

Sí nos dan y eso nos permite construir experiencia, conocimientos y formar personas que dediquen mucho de su tiempo a profundizar en este tipo de compuestos. La única manera de ganar experiencia es viviendo e invirtiendo el tiempo. Eventualmente vamos a tener personas que tengan conocimiento en este tipo de sustancias y puedan participar con las diferentes secretarías para generar normatividades que permitan hacer o no hacer cierto tipo de cosas.

Es la única manera de que México pueda construir su experiencia y que a la larga le reditúa en ahorro porque evita gastos excesivos en diferentes cosas, en este caso, en problemas de salud.

 

 

Arnulfo Albores Medina

(55) 5747 3800

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