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Los nuevos usos de un viejo antibiótico

  • El neurocientífico mexicano Luis Camilo Ríos Castañeda desarrolló nuevas aplicaciones para la dapsona, un antibiótico con más de un siglo de historia, y que ahora será usado en la rehabilitación de pacientes con lesiones de médula espinal.

Por Antonio Trejo

México, DF. 5 de noviembre de 2014 (Agencia Informativa Conacyt).- Para Rubén López parecía solo un día más de trabajo. La orden que recibió la mañana del pasado 15 de abril parecía sencilla, aunque laboriosa: consistía en instalar un anuncio espectacular en la lateral del Periférico, al sur de Distrito Federal. Con la experiencia y seguridad de tres años es ese empleo, Rubén escaló el alto poste en apenas unos segundos, listo para comenzar su labor.

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Lo que sucedió un instante después quedaría marcado para siempre en la memoria del joven trabajador: cuando alcanzaba ya el último peldaño de la escalera, resbaló y se precipitó en caída libre desde una altura de ocho metros, hasta estrellarse de lleno en el pavimento.

 Unos minutos más tarde, Rubén era trasladado, inconsciente y en estado crítico, a un hospital público, donde las radiografías revelarían una doble fractura de su columna vertebral, una lesión de médula espinal que en más del 90 por ciento de los casos deja secuelas permanentes.

Y es que en una lesión traumática de médula espinal, el déficit súbito de neuronas provoca que el paciente pierda la sensibilidad y capacidad de movimiento de los miembros inferiores, casi siempre de manera irreversible.

En terapia intensiva

Afortunadamente para Rubén, no había en su futuro una silla de ruedas, sino el antibiótico dapsona, que en su formulación soluble fue desarrollado por el doctor Luis Camilo Ríos Castañeda, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“La aplicación de dapsona soluble en las 12 horas posteriores a un traumatismo de médula espinal o cráneo-encefálico, detiene la muerte de las neuronas, evitando que el paciente quede afectado de la función motora de la mitad de su cuerpo o pierda la capacidad del habla”, explicó el doctor Ríos Castañeda.

Luego de casi diez años de investigación clínica, el especialista determinó que la dapsona actúa como neuroprotector al prevenir la muerte de neuronas y no solo como un simple antibiótico. Los resultados de sus investigaciones revelaron que los pacientes sometidos a ensayos clínicos lograron revertir entre 70 y 90 por ciento las secuelas más graves de un traumatismo severo de médula espinal.

Entrevistado por la Agencia Informativa Conacyt en el laboratorio del Departamento de Neuroquímica del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN), el neurocientífico mexicano detalló la labor de investigación que permitió llevar la dapsona soluble del laboratorio al quirófano en menos de una década.

Ahorro en investigación

“En lugar de buscar y sintetizar una nueva molécula, nosotros buscamos entre las miles de moléculas viejas que ya existen para encontrarles nuevos usos de acuerdo a sus mecanismos de acción”, explicó el neurocientífico, quien forma parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), con nivel III.

La dapsona es un antibacteriano que se sintetizó en 1908, pero fue hasta 1940 cuando inició su uso en dermatología en forma de crema o polvo para el tratamiento de la lepra y las dermatosis inflamatorias.

dapsona02El enfoque práctico en el desarrollo de medicamentos basado en fármacos ya conocidos y de patente libre seguido por el doctor Ríos Castañeda y su equipo también ha significado un enorme ahorro de recursos públicos para México. “Nosotros no necesitamos invertir los 10 millones de dólares que se requieren para desarrollar una nueva molécula, sacarla al mercado y demostrar que es segura, como lo hacen las compañías farmacéuticas”, afirmó.

Para el desarrollo de un medicamento nuevo son necesarios protocolos de investigación que implican prolongadas y costosas pruebas clínicas. Además, las autoridades sanitarias aprueban el medicamento para su comercialización solo si éste supera la evaluación de su calidad, seguridad y eficacia.  A cambio, el laboratorio farmacéutico obtiene una patente de exclusividad con una vigencia de 20 años. 

Ese largo y costoso camino, que evitó el equipo de doctor Castañeda con su estrategia de investigación, se verá reflejado en el precio final del medicamento. Actualmente, un frasco de tabletas de dapsona no cuesta más de 100 pesos en el mercado nacional, de manera que la nueva presentación soluble tendrá un precio de venta accesible para clínicas y hospitales.

Minutos vitales

Gracias a su mecanismo neuroprotector, la dapsona soluble también ha sido aplicada con gran éxito por el doctor Ríos Castañeda en el tratamiento de accidentes cerebro-vasculares, comúnmente llamados infartos cerebrales.

“Para los casos de infarto cerebral, en donde la muerte de neuronas ocurre de manera repentina, tenemos solamente unas horas para intervenir, por eso desarrollamos este fármaco inyectable, tenemos que meter el fármaco rápidamente al torrente sanguíneo: 12 horas es la ventana terapéutica en infarto cerebral y en lesión traumática de la médula espinal”, advirtió el neurocientífico.

En nuestro país, los accidentes cerebro-vasculares son los responsables de uno de cada 10 fallecimientos y en 2012 representaron la quinta causa de muerte, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Salud.

Lo ideal sería, dice el especialista, que el protocolo de emergencia haga obligatoria la aplicación de dapsona soluble al paciente en el trayecto del sitio del accidente al hospital.

Volver a caminar

De vuelta en el quirófano, Rubén tuvo la suerte de ser uno de los 100 pacientes que han recibido en forma experimental la dapsona soluble, solo unas horas después del sufrir lesiones de médula espinal o accidentes cerebro-vasculares. “A él le administramos la dapsona y tres meses después llegó al instituto, por su propio pie, impresionantemente bien recuperado, solamente traía un pequeño bastón, su recuperación fue espectacular, en muy poco tiempo”, calificó el especialista.

El doctor Ríos Castañeda prevé que la dapsona soluble estará disponible en el mercado mexicano el próximo año. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) otorgó ya el permiso correspondiente a Psicofarma, la compañía farmacéutica que fabricará la dapsona soluble bajo el nombre comercial de Dapsol, una marca registrada por la UAM, institución donde se desarrolló la fórmula.

Experimentos en agenda

Un ensayo clínico controlado para el tratamiento de la Esclerosis Lateral Amiotrófica esa enfermedad neurodegenerativa que ha alcanzado gran difusión mediática gracias al Ice Bucket Challenge es otro proyecto que el Departamento de Neuroquímica del INNN, dirigido por el doctor Ríos Castañeda, tiene en agenda.

“La neuróloga Catherine Boll es la doctora a cargo del proyecto que involucra el uso de litio y ácido valproico. Esperamos iniciar este proyecto con el apoyo del Conacyt este mismo año, proveniente del fondo de salud”, explicó.

Finalmente, el neurocientífico definió la que ha sido su principal objetivo en 30 años dedicados a la investigación: “Mi idea es aportar a la sociedad; yo no estoy satisfecho si no encuentro una aplicación médica práctica, y así verter a la sociedad lo mucho que está invirtiendo en nosotros los científicos”.

Perfil

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El doctor Luis Camilo Ríos Castañeda es académico del Departamento de Sistemas Biológicos de la Unidad Xochimilco y es autor de más de 160 artículos publicados en revistas internacionales especializadas.

Sus trabajos académicos y de investigación han sido citados más de 2 mil 900 veces. Desde 1994 forma parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y desde 2010 ocupa el nivel III.

El doctor Ríos Castañeda ha ganado numerosos premios y reconocimientos en México y a nivel internacional por su destacada y larga trayectoria en el campo de las neurociencias. El año pasado recibió de manos del presidente Enrique Peña Nieto, el premio Doctor Manuel Velasco Suárez al mérito en Neurociencias por su labor en la investigación de los mecanismos de neuroprotección.

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